BBC Mundo. Bradley Manning no "ayudó al enemigo" al
permitir la mayor filtración de documentos secretos de la historia de
Estados Unidos y aunque esquivó una casi segura cadena perpetua, su
culpabilidad en otros 17 cargos podría dejarlo tras las rejas más de un
siglo.
Pero el que la jueza-coronel Denise Lind desestimara ese cargo, el
más grave, y no aceptara todos los argumentos de la acusación –como
temían los simpatizantes del exsoldado- podría llevar a algunos a decir
que este juicio demostró que el "debido proceso" está garantizado.
Eso iría en contra de la defensa esgrimida por otros célebres
filtradores de información, como el fundador de WikiLeaks, Julian
Assange, y el exanalista de inteligencia, Edward Snowden, quienes
aseguran que nunca recibirán un juicio justo en cortes estadounidenses
y, por tanto, se mantienen fuera del alcance de su brazo justiciero.
Aunque satisfechos con que no haya sido nombrado "ayudante del
enemigo", los grupos afines al exsoldado recuerdan que este martes la
jueza Lind empieza la fase de sentencia y advierten que el exanalista
militar de inteligencia podría recibir hasta 137 años de prisión.
Algo que unos consideran desproporcionado y que por tanto sirve como
otro argumento para justificar la renuencia de Snowden y Assange de
vérselas con la justicia estadounidense.
"Nada cambia". En su prolongado y forzado tránsito
de más de un mes por el aeropuerto de Moscú, Edward Snowden no recibió
esa grave acusación de "ayudar al enemigo", aunque sí varios cargos
dentro de la Ley de Espionaje de 1917.
Assange no tiene proceso pendiente en EE.UU., aunque teme que si
Londres lo extradita a Suecia para que responda por supuestos delitos
sexuales (de los que no está acusado aún) lo entregarán a Washington por
publicar los documentos que le entregó Manning.
Y aunque no se han presentado cargos contra el fundador de WikiLeaks,
fuentes del Departamento de Justicia reconocen que siguen analizando el
caso y eso mantiene a Assange desde hace más de un año refugiado en la
embajada de Ecuador en la capital británica.
"Si el gobierno trata de usar el juicio de Bradley Manning como
demostración de imparcialidad del sistema legal estadounidense, diría
que es una gran broma", dijo a BBC Mundo el portavoz de WikiLeaks,
Kristin Hrafnsson.
"No veo nada balanceado en este juicio. El que la jueza haya
desestimado la descabellada acusación de ayudar al enemigo no cambia la
seriedad del veredicto", aseguró Hrafnsson, quien dice que el resultado
del juicio de Manning "no cambia la situación" para Assange y Snowden.
Amnistía Internacional, Reporteros sin Fronteras, comparten la
opinión de WikiLeaks de que el proceso contra Manning es un ataque
contra la libertad de expresión y el derecho de la ciudadanía a conocer
las cosas que los gobiernos dicen hacer en su nombre y en aras de la
seguridad nacional.
Manning como ejemplo. La situación del soldado
Manning es usada por los asesores legales de Snowden y de Assange para
ilustrar que sus representados no tendrían las garantías necesarias en
un tribunal, el uno por dar a conocer un ultrasecreto programa de
vigilancia telefónica y el otro por usar la información recibida de
Manning para ponerla en el sitio WikiLeaks.
Tras entregarle en 2009 a WikiLeaks decenas de miles de cables y
documentos diplomáticos secretos, en 2010 Manning fue arrestado y
confinado a arresto solitario, en ocasiones bajo supervisión para evitar
un suicidio.
Durante el proceso, la jueza Lind determinó que Manning había sido
maltratado por sus carceleros –otro argumento esgrimido por Assange y
Snowden- y por tanto le dio el derecho a descontar 144 días a la
sentencia que le vaya a imponer.
Es posible que en Washington presenten el caso Manning como
demostración de equilibrio, imparcialidad e independencia del sistema
legal estadounidense, lo que es casi seguro es que esos argumentos no
convencerán ni a Snowden ni a Assange de ponerse en manos de esa
justicia de la que siguen desconfiando.
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