MADRID.— El gobernante Partido Socialista español sufrió el domingo su peor derrota histórica en unas elecciones locales y cedió la mayor parte de su poder municipal y autonómico al conservador Partido Popular en unos comicios celebrados en medio de protestas callejeras sin precedentes.
El PP aventajó en 10 puntos y más de dos millones de votos al oficialismo socialista, que culpó del duro revés electoral al descontento generalizado por la crisis económica. En el 2007, la victoria del PP fue por un punto de diferencia y apenas 100.000 sufragios.
"Entiendo que estos resultados tienen una clarísima relación con los efectos de la crisis económica que venimos sufriendo desde hace tres años", dijo el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. "Muchos españoles temen por su trabajo y su bienestar. Hoy, sin duda, han expresado su malestar".
"Es razonable esperar que el Partido Socialista recibiese hoy un castigo en las urnas", añadió.
A pesar de los malos resultados, el jefe del gobierno señaló que no se plantea adelantar las elecciones presidenciales, previstas para marzo de 2012, y que su objetivo es agotar la legislatura.
El mapa de España se tiñó prácticamente de azul, los colores del PP, a medida que avanzaba el escrutinio. Los "populares" conservaron holgadamente los ayuntamientos de ciudades como Madrid y Valencia y ganaron la alcaldía de Sevilla, un bastión histórico del PSOE. Después de 30 años en el poder, los socialistas también perdieron el gobierno de Barcelona, donde se impuso la formación nacionalista catalana CiU.
Además de los ayuntamientos, el PP venció en casi todas las comunidades autónomas — 13 de las 17 — en las que tuvieron lugar elecciones, conquistando feudos tradicionalmente adversos como Castilla-La Mancha y Aragón.
En el País Vasco, la sorpresa fue la espectacular irrupción de la coalición independentista Bildu en los ayuntamientos de las tres capitales de la región, sobre todo en San Sebastián.
El gobierno impugnó la candidatura de Bildu al considerar que algunos de sus listas estaban contaminadas por candidatos vinculados a la organización proscrita ETA, pero los tribunales negaron esa relación y autorizaron su participación.
Con este resultado electoral, se abre un nuevo ciclo político y los conservadores se convierten en los grandes favoritos de cara a las presidenciales del año próximo, en las que Zapatero no concurrirá a un tercer mandato.
En la sede del PP en Madrid, centenares de seguidores se congregaron en las calles para celebrar la victoria y ovacionar a su líder, Mariano Rajoy, gran favorito para hacerse con la presidencia del gobierno en el 2012.
"Hoy es un día muy hermoso para nuestro partido, hemos conseguido el mejor resultado en la historia de nuestro partido en unas elecciones municipales y autonómicas", afirmó Rajoy. "Hay que recuperar España, su economía y crear puestos de trabajo".
La crisis financiera ha obligado a aplicar profundos recortes presupuestarios y sumido a España en un desempleo del 21,3%, el más alto entre las naciones de la eurozona. La tasa de desempleados entre los jóvenes es superior al 40% y un total de 4,9 millones de personas carecen de trabajo en España, la cifra más alta desde 1997.
Una gran proporción de quienes tienen empleo ganan 1.000 euros (1.400 dólares) o menos al mes.
España pronostica un débil crecimiento de 1,3% para 2011, pero incluso el Banco de España considera esa predicción optimista.
Varios campamentos de protesta establecidos mayormente por jóvenes comenzaron a aparecer en ciudades de todo el país hace una semana y han crecido hasta decenas de miles de manifestantes que se muestran desencantados con la clase política y la situación que atraviesa el país.
La mayor de las acampadas reivindicativas tiene lugar en la céntrica Puerta del Sol de Madrid, donde los resultados electorales fueron acogidos con indiferencia. Los manifestantes acordaron prolongar su protesta al menos hasta el próximo domingo.
"Respetamos las elecciones y lo que cada persona decida. Pero hasta que el sistema no mejore, nos tomamos los comicios con cierta indiferencia", consideró Francisco Miñarro, de 32 años, uno de los portavoces del movimiento. "Queremos una democracia mejor, que deje de haber esa quiebra entre el sistema político y la gente".
A pesar de esta ola reivindicativa y de descontento, la participación en las elecciones superó el 66%, casi tres puntos por encima de la cita del 2007.
"Este movimiento no ha tenido impacto alguno en las elecciones", explicó Charles Powell, profesor de ciencias políticas de la Universidad San Pablo-CEU. "El movimiento va a empezar a diluirse con estos resultados".
No hay comentarios:
Publicar un comentario