sábado, 19 de febrero de 2011

México vive otra jornada de violencia que deja 20 muertos.


ACAPULCO, México (AP) — Varias localidades de dos estados del sur y norte de México vivieron el viernes una jornada violenta que dejó al menos 20 asesinados, incluidos cuatro hombres que fueron lanzados al parecer aún con vida desde un puente.

Los cuatro hombres formaron parte de las 13 personas muertas en el estado sureño de Guerrero en un día en que los cruentos enfrentamientos entre grupos del narcotráfico alcanzó un nuevo nivel de crueldad e intimidación.

Los otros nueve muertos fueron encontrados en el centro turístico de Acapulco. En el más horrendo de esos homicidios, la policía halló una cabeza cercenada a la que le arrancaron el cuero cabelludo y le desollaron la cara.

Atados de pies y manos y con la cabeza envuelta en cinta, fueron arrojados 200 metros (600 pies) del puente de una autopista que conduce al puerto turístico de Acapulco, que horas antes fue escenario de una jornada de violencia que dejó al menos ocho asesinados y algunos vehículos incendiados.

La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Guerrero informó el viernes en un parte policial que "se presume que fueron arrojados con vida".

El puente se encuentra en la llamada Autopista del Sol, la cual conecta el estado central de Morelos con Guerrero, donde se localiza Acapulco, uno de los centros turísticos más conocidos de México a unos 400 kilómetros al sur de la capital nacional.

Las autoridades no informaron los motivos de los crímenes.

Los integrantes de los carteles de la droga han agudizado la atrocidad de sus homicidios con decapitaciones y desollamiento de víctimas con la aparente intención de intimidar a sus adversarios.

Horas antes, la SSP estatal informó que en Acapulco la policía localizó en distintos lugares del puerto los cuerpos de ocho hombres asesinados a tiros, incluidos cuatro adolescentes de 17 años.

La dependencia refirió que la madrugada del viernes se recibieron reportes de disparos en una avenida del puerto, lo que llevó a las autoridades a implementar una operación que permitió ubicar a los hombres asesinados.

Poco antes, la policía localizó en distintos puntos de Acapulco nueve vehículos abandonados, cinco de los cuales habían sido incendiados. No se informó si todos los hechos estaban relacionados entre sí. Ninguna persona había sido detenida.

Acapulco ha padecido una creciente violencia tras una ruptura en el cartel de los hermanos Beltrán Leyva, que ha sido señalado como uno de los grupos que busca controlar el tráfico de drogas en la zona y que hace más de un año sufrió la muerte de su líder Arturo Beltrán.

La violencia también afectó el viernes el norte del país, donde ocho presuntos sicarios murieron en dos distintos enfrentamientos con militares mexicanos en las afueras de Monterrey, capital del estado norteño de Nuevo León.

La Secretaría de la Defensa Nacional informó en un comunicado que tras los enfrentamientos fueron decomisados cuatro vehículos, 12 armas largas, una escopeta lanza granadas y diversos cartuchos.

Monterrey y su área metropolitana ha padecido en los últimos meses una creciente violencia del narcotráfico, luego del rompimiento de la alianza que mantuvieron por cerca de una década el cartel del Golfo y Los Zetas.

Los enfrentamientos entre grupos rivales y ataques contra las autoridades se han vuelto más frecuentes en la zona.

La violencia del crimen organizado ha dejado más de 36.400 asesinados en todo el país desde diciembre del 2006, cuando el gobierno del presidente Felipe Calderón lanzó una ofensiva contra los carteles de las drogas.

Mientras, un oficial retirado del ejército mexicano, que encabezó una reestructuración para acabar con la corrupción en la policía de la ciudad de Tijuana en la frontera con Estados Unidos, renunció como alto jefe de seguridad pública en la región luego de sólo tres meses en el cargo.

La Secretaría de Salud Pública del estado noroccidental de Baja California, donde está Tijuana, informó que el teniente coronel Julián Leyzaola dimitió el viernes como subsecretario del organismo.

El oficial, de 50 años, dijo en la renuncia, sin especificar, que tenía "la necesidad urgente de atender asuntos ajenos a mi actividad laboral".

Leyzaola fue hasta noviembre el jefe de la policía en Tijuana y colaboró estrechamente con el ejército para detener a narcotraficantes. Perdió ese trabajo cuando el nuevo alcalde de la ciudad, Carlos Bustamante, lo reemplazó por el primer subordinado de Leyzaola, Gustavo Huerta.

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