La fuente, que prefirió mantener el anonimato,
detalló que la información llegó desde el vecino Pakistán, poco después
del comienzo de las negociaciones entre el Gobierno de Afganistán y el
grupo insurgente.
Los talibanes todavía no han realizado ninguna
declaración oficial al respecto, aunque la semana pasada el portavoz de
la formación insurgente, Zabihullah Mujahid, negó a Efe que su líder
estuviese muerto, después de que ganasen peso rumores asegurando este
extremo.
"Estos son los rumores habituales de los invasores
y sus marionetas, que intentan de esa forma localizar y rastrear a
nuestro líder, pero somos muy conscientes de esa conspiración del
enemigo y no haremos nada inusual para ayudarle", aseguró entonces
Mujahid.
Esos rumores comenzaron después de que el grupo
insurgente Fidai Mahaz, escindido de los talibanes, publicase el jueves
en su página web un comunicado en el que el líder de la formación, Qari
Hamza, aseguraba que el mulá Omar fue "martirizado" hace dos años.
Un exministro talibán detalló a Tribune Express,
un diario de Pakistán, donde hace tres semanas tuvo lugar la primera
ronda de las negociaciones entre Gobierno afgano e insurgentes, que el
jefe talibán pereció de tuberculosis hace "dos años y cuatro meses".
El alto mando insurgente añadió que su cadáver fue identificado por su hijo y enterrado en territorio afgano.
En ocasiones anteriores se ha dado por muerto al
mulá Omar, una de las últimas veces en 2011, después de que una
televisión privada afgana asegurase que su cadáver había sido localizado
en el vecino Pakistán, algo que desmintieron poco después portavoces
del movimiento insurgente.
Las informaciones sobre la muerte del líder
talibán se han multiplicado durante los últimos meses, algo que según
diversos analistas llevó a los insurgentes a publicar en abril la
primera biografía oficial del mulá Omar para desmentirlo.
Además, hace apenas dos semanas los talibanes
difundieron un comunicado supuestamente escrito por su líder con motivo
del final del mes sagrado musulmán del Ramadán y en el que dijo que el
islam no prohíbe "negociar con el enemigo", su primera referencia a las
negociaciones de paz en 13 años de guerra.
El Gobierno afgano y los talibanes mantuvieron el 7
de julio en Pakistán su primera reunión oficial, tras encuentros
informales en Catar y Noruega en los últimos meses y en medio de la
ofensiva insurgente de primavera.
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