NUEVA YORK/Elnuevodiario._ Usando un viejo truco, Rafael
Jiménez, acusado por el asesinato de un hombre en El Bronx, al que lo
insultó con la obscena palabra de “mama g…”, por lo que fue ubicado como
dominicano, ya que el sucio vocablo es frecuente en esa nacionalidad
tanto en la República Dominicana como en el exterior, negó que es nativo
del país caribeño, alegando que es “boricua”, por lo que no pudo
haberle voceado la palabra a la víctima, antes de matar al hombre.
Ha hecho varios intentos y en su más reciente
reclamo, un panel de jueces de la Corte de Apelación, le negó la
solicitud de que se anule su sentencia de 25 años, por el homicidio de
Michael Brana en 1992, en las inmediaciones del estadio de los Yankees.
Pero Jiménez, insiste en que él no es dominicano,
sino "boricua" y alega que el hombre que mató a la víctima, es un
criollo, porque los puertorriqueños usan el vocablo “cabrón” que
significa “cornudo” y la consideran la palabra más obscena entre los
nativos de Borinquen.
Pero los fiscales, recalcan que Jiménez, es el
mismo sujeto que asesinó a Brana el 25 de junio de 1992 en las
inmediaciones del estadio de los Yankees y que su versión, no tiene
asidero, además de las evidencias que lo condenaron y varios testigos
que afirmaron haberlo visto disparando.
El homicidio de Brana, estuvo motivado en una disputa de drogas.
La sucia palabra, usada por casi la mayoría de
dominicanos y dominicanas para insultar a otros, ha querido ser
utilizada por Jiménez para zafarse de la larga sentencia por el
asesinato.
Sostiene que jamás la usaría, porque es nativo de
Puerto Rico y no de la República Dominicana y que en su isla natal, se
utilizan palabras insultantes diferentes como "cabrón" para ofender a
otros.
Los fiscales dicen que Jiménez, pudo haber usado
la palabra "mama g…", como mucha gente usa el término "yiddish" para
referirse a familiares.
"La idea de que el acusado, nunca podría haber
utilizado esa blasfemia dominicana, es absurda", dijeron los fiscales de
El Bronx.
"La afirmación del señor Jiménez, parece tan poco
realista, como decir que una persona que no sea judía, nunca llamaría
shmuck, a un judío", agregan los fiscales.
Además de los 25 años, Jiménez, fue condenado con
opción a cadena perpetua, lo que significa que la Junta de Libertad Bajo
Palabra, puede negarle la liberación condicional, cuantas veces quiera.
El crimen fue cometido a dos cuadras del viejo estadio de los Yankees, en la avenida River y la calle 161 en El Bronx.
Una abogada de la organización no lucrativa
"Iniciativa por la Libertad", Rebecca Freedman, está pidiendo al juez
anular el veredicto original y hacer un nuevo juicio.
Los documentos de la corte, revelan que en el
momento del asesinato, el homicida, profirió palabras soeces e insultos,
característicos de los dominicanos y no de los boricuas, como "mama
g…", una de las frases que le gritó el asesino a la víctima, antes de
dispararle.
La abogada dice que en vez de esa palabra soez, los boricuas usan "cabrón", que es un insulto equivalente.
Pero testimonios del superintendente
puertorriqueño del edificio, frente al cual ocurrió el homicidio,
dijeron que el matón era "dominicano" por las palabras insultantes que
usó.
Luego se retractó, explicando que si hubiera
sabido que Jiménez, no era dominicano, jamás lo habría incriminado. "El
señor Jiménez, no es el asesino", sostiene el superintendente.
"Nosotros, los puertorriqueños, usamos la palabra cabrón y los
dominicanos no", añadió el administrador del edificio.
"Hago esta declaración, porque creo que testifiqué
contra un hombre inocente", dijo el superintendente en una nueva
declaración jurada.
Relató que en repetidas veces, les mintió a los
investigadores de la policía, diciéndoles que el presunto asesino era un
"dominicano". Insistió en que "nunca hubiera identificado a Jiménez en
el juicio si hubiese sabido que él no era dominicano".
El detective a cargo del caso, también es acusado de tergiversar las evidencias, porque creía que Jiménez, era "dominicano".
Carmen Velásquez, esposa boricua de Jiménez,
también le dijo a la policía que su marido es "dominicano". La defensa
del reo dice que la mujer no vio a Jiménez disparándole a la víctima,
"sino a un misterioso dominicano".
Jiménez, tenía 17 años en el momento en que el
tirador mató a Brana y estaba en libertad condicional por posesión de
drogas, un delito menor.
Está recluido en una cárcel estatal en el suburbio
rural de Poughkeepsie y arguye que "un puertorriqueño, nunca usa la
palabra ofensiva mama g…" para insultar a otros.
"Soy inocente, yo no soy un asesino. No soy la
persona que creen que soy ni la que me dijeron que era", dijo Jiménez
desde la cárcel.
"Es indescriptible, como a uno le arrebatan injustamente un tercio de la vida", agregó el recluso.
La Oficina del Fiscal del Distrito de El Bronx, había prometido una revisión completa del caso de Jiménez.
El condenado, ha sometido tres apelaciones en
1996, el 2001 y en el 2014, pero en ninguna, alegó la diferencia étnica
en el uso de palabras soeces entre boricuas y dominicanos. Su tercer
intento fue hecho la semana pasada.
El preso tiene ahora 40 años de edad.
Por Miguel Cruz Tejada
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