Rumores sobre el maltrato de una niña de nueve años, a cargo de su madre
en adopción, pasaron a otro nivel cuando la Policia apresó a la mujer,
identificada solo como Adalgisa, y liberó a la niña, que se encontraba
encerrada en su casa luego de que la madre adoptiva saliera, según se
dijo, hacia la playa.
Adalgisa fue puesta en libertad ayer, pero listindiario.com visitó la comunidad para conocer los detalles del caso.
“Fue arrastrada desde un colmado, a unas tres casas del lugar donde vive. Luego, recibió golpes y se quedó encerrada, por varias horas, mientras su madre adoptiva se iba de playa”, según comentó una vecina que se rehusó a dar más detalles para “no meterse en líos con otros vecinos de la zona”. Esa actitud fue la constante en nuestro esfuerzo por establecer los detalles de lo ocurrido.
El hermetismo y el temor estuvieron presentes en un recorrido realizado por la calle donde vivía la menor con su tutora.
La mayoría de los comunitarios admitía haber escuchado comentarios sobre los supuestos malos tratos pero, salvo la mujer que dijo ser testigo de que la menor fue arrastrada por los cabellos, al parecer, nadie había visto nada. Incluso, la tutora de la niña fue calificada como “una buena mujer que comparte con sus vecinos”.
“La niña se veía golpeada en un brazo, se notaba que había llorado mucho. Los policías la sacaron y se la llevaron a ella y a su tutora”, añadió tras varias preguntas la vecina, quien hablaba de espaldas porque no quería que su rostro fuera captado por la cámara.
La primera persona que consultamos dijo con nerviosismo que no sabía nada, que no podía dar detalles del caso, sin embargo, nos orientó al lugar donde “sí” podían decir lo sucedido, y como si fuera una cadena esas personas nos enviaban a otros lugares y así sucesivamente.
Esa primera persona, una joven, dijo en voz baja “como que estoy hablando mucho”.
Denuncia
A la casa en la que vivía la niña con su madre adoptiva llegaron agentes policiales, el martes en la tarde, luego de que, según los vecinos, unos alumnos de la escuela pública de Pizarrete fueron a la delegación a denunciar la situación que estaba pasando la menor, que se había quedado encerrada mientras su tutora estaba en la playa.
Ninguno de los vecinos llamó a la Policía, a pesar de que el llanto de la niña se escuchaba desde el segundo piso donde estaba encerrada.
En tanto que el alcalde de Pizarrete, Milcéades Martínez, quien llegó al lugar de los hechos cuando la Policía esperaba a Adalgisa, dijo que cuando la menor fue sacada de la casa se desmayó en brazos de un agente policial.
Señaló que ya todo quedará en manos de las autoridades y que espera que la menor esté en un ambiente que merezca.
Aseguró que había escuchado que la pequeña recibía muchos maltratos por parte de su tutora, pero no informó que hubiese tomado acción alguna al respecto.
En la escuela
Las maestras de la niña han dicho que siempre participaba en sus clases y “nunca mostró indicios de que era maltratada”.
Aunque Juana Berroa Manzueta, maestra de la pequeña desde enero, dijo que ella “siempre lloraba en las primeras horas de clases”. “Pero eso fue los en los días que yo había empezado como su profesora. Luego, hablé con la madre, y eso no volvió a pasar”.
Para la profesora, la tutora de la niña siempre fue una mujer que colaboró en la escuela, iba a todas las reuniones de padres y madres, firmaba sus calificaciones, y nunca dio impresión de ser una mujer violenta.
Adalgisa fue puesta en libertad ayer, pero listindiario.com visitó la comunidad para conocer los detalles del caso.
“Fue arrastrada desde un colmado, a unas tres casas del lugar donde vive. Luego, recibió golpes y se quedó encerrada, por varias horas, mientras su madre adoptiva se iba de playa”, según comentó una vecina que se rehusó a dar más detalles para “no meterse en líos con otros vecinos de la zona”. Esa actitud fue la constante en nuestro esfuerzo por establecer los detalles de lo ocurrido.
El hermetismo y el temor estuvieron presentes en un recorrido realizado por la calle donde vivía la menor con su tutora.
La mayoría de los comunitarios admitía haber escuchado comentarios sobre los supuestos malos tratos pero, salvo la mujer que dijo ser testigo de que la menor fue arrastrada por los cabellos, al parecer, nadie había visto nada. Incluso, la tutora de la niña fue calificada como “una buena mujer que comparte con sus vecinos”.
“La niña se veía golpeada en un brazo, se notaba que había llorado mucho. Los policías la sacaron y se la llevaron a ella y a su tutora”, añadió tras varias preguntas la vecina, quien hablaba de espaldas porque no quería que su rostro fuera captado por la cámara.
La primera persona que consultamos dijo con nerviosismo que no sabía nada, que no podía dar detalles del caso, sin embargo, nos orientó al lugar donde “sí” podían decir lo sucedido, y como si fuera una cadena esas personas nos enviaban a otros lugares y así sucesivamente.
Esa primera persona, una joven, dijo en voz baja “como que estoy hablando mucho”.
Denuncia
A la casa en la que vivía la niña con su madre adoptiva llegaron agentes policiales, el martes en la tarde, luego de que, según los vecinos, unos alumnos de la escuela pública de Pizarrete fueron a la delegación a denunciar la situación que estaba pasando la menor, que se había quedado encerrada mientras su tutora estaba en la playa.
Ninguno de los vecinos llamó a la Policía, a pesar de que el llanto de la niña se escuchaba desde el segundo piso donde estaba encerrada.
En tanto que el alcalde de Pizarrete, Milcéades Martínez, quien llegó al lugar de los hechos cuando la Policía esperaba a Adalgisa, dijo que cuando la menor fue sacada de la casa se desmayó en brazos de un agente policial.
Señaló que ya todo quedará en manos de las autoridades y que espera que la menor esté en un ambiente que merezca.
Aseguró que había escuchado que la pequeña recibía muchos maltratos por parte de su tutora, pero no informó que hubiese tomado acción alguna al respecto.
En la escuela
Las maestras de la niña han dicho que siempre participaba en sus clases y “nunca mostró indicios de que era maltratada”.
Aunque Juana Berroa Manzueta, maestra de la pequeña desde enero, dijo que ella “siempre lloraba en las primeras horas de clases”. “Pero eso fue los en los días que yo había empezado como su profesora. Luego, hablé con la madre, y eso no volvió a pasar”.
Para la profesora, la tutora de la niña siempre fue una mujer que colaboró en la escuela, iba a todas las reuniones de padres y madres, firmaba sus calificaciones, y nunca dio impresión de ser una mujer violenta.
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