Washington, (EFE).- La revelación del
exmiembro de las fuerzas especiales Navy Seal Robert O'Neill de que fue
él quien efectuó el disparo que el 2 de mayo de 2011 acabó con la vida
de Osama bin Laden, ha abierto una polémica sobre quién fue quién
realmente mató al terrorista más buscado por Estados Unidos.
O'Neill, de 38 años, que se retiró del Ejército un
año después de participar en la operación secreta en la que los
comandos estadounidenses penetraron en la residencia en la que se
ocultaba Bin Laden, en Abotabad, en las afueras de Islamabad (Pakistán),
divulgó este jueves su identidad a The Washington Post.
Pero su versión contradice otra ofrecida
anteriormente por Mark Bissonnette, uno de sus excompañeros en el grupo
de asalto, de seis miembros, y también ha irritado a algunos
excompañeros de armas.
Bissonnette aseguró en su libro "No Easy Day" (No
era un día fácil), publicado en 2012, que fueron otros dos Navy Seal los
que remataron a Bin Laden cuando ya estaba herido de muerte en el
suelo.
Las afirmaciones de O'Neill han resultado
polémicas por contravenir una regla no escrita de los Navy Seal que les
impide atribuirse méritos o buscar protagonismo por sus acciones dentro
de este cuerpo de las fuerzas especiales.
El exmiembro de los comandos especiales, que
también es veterano de Irak y Afganistán, ya había comentado de manera
anónima su participación en la operación a la revista Esquire en 2013,
donde era identificado como "el tirador".
Pero esta vez la divulgación de su nombre al Post
se vio precipitada por la filtración de su identidad en una página web
de antiguos compañeros que hacía referencia al código de silencio no
escrito de ese cuerpo y se le acusaba de "buscar notoriedad".
El motivo fue el anuncio de que O'Neill tenía
previsto hacer pública su identidad en una entrevista con la cadena de
televisión Fox News que iba a emitirse el martes y miércoles próximos.
El mismo comandante de las fuerzas de Guerra
Especiales de la Armada, B.L. Losey, en una carta a sus oficiales
fechada el 31 de octubre pasado, subrayaba que no toleraba "una
desconsideración caprichosa o egoísta de nuestros valores fundamentales
para conseguir notoriedad pública o beneficio financiero".
O'Neill, sin embargo, aseguró al Post que tomó su
decisión de revelar su nombre después de una reciente reunión con
familiares de víctimas de los atentados del 11-S en Nueva York en la que
le expresaron "que ayudaría a echar el cierre a lo ocurrido".
En la entrevista con el diario, el exmilitar
califica la operación en el refugio de Bin Laden como la más difícil de
su carrera y de la que no pensaba que "fuera a sobrevivir".
O'Neill estaba acompañado por otros cinco Navy
SEAL que accedieron al complejo donde estaba alojado Bin Laden y
llegaron al tercer piso, en el que descubrieron al cabecilla máximo de
Al Qaeda refugiado junto a una de sus mujeres.
"En ese segundo, le disparé, dos veces en la
frente. "¡Bap! ¡Bap! La segunda vez cuando se caía. Se encogió enfrente
de su cama y le disparé de nuevo", señaló al Post.
Pero cuando O'Neill ofreció este mismo relato de
forma anónima en su entrevista con Esquire, el año pasado, ya un miembro
de su equipo de las fuerzas especiales refutó su versión y aseguró a la
cadena CNN, sin revelar su identidad, que el líder de Al Qaeda fue
rematado en el suelo tras haber recibido el tiro en la cabeza.
El militar dijo que cuando los primeros tres
comandos llegaron al dormitorio del terrorista, uno le disparo sin
mediar palabra al ver que asomaba la cabeza y los otros dos, "al verle
herido de muerte en el suelo, lo remataron con disparos en el pecho".
Según este militar, en la habitación no había
ningún arma a la vista que pudiera usar Bin Laden, algo que también
contradice la versión que O'Neill dio en su día a Esquire.
Y esta versión coincide también con la presentada por Matt Bissonette en su libro.
En mayo pasado, un tribunal de Washington apoyó la
decisión del Gobierno de no dar a conocer las fotos en las que se ve el
cadáver de Bin Laden por ser "bastante gráficas y macabras".
El cadáver del jefe de Al Qaeda fue finalmente lanzado al mar de Arabia en mayo de 2011.
En el asalto del 2 de mayo de 2011 que dio muerte a
Bin Laden participaron en total 23 Navy Seal y un intérprete, que
acabaron también con la vida de dos guardaespaldas del terrorista, la
mujer de uno de ellos y uno de los hijos del líder de Al Qaeda.
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