Tiene el control del producto y la capacidad de
distribuirlo de una organización internacional del narcotráfico. Tiene
las armas, el mando militar unificado pero también la arrogancia para
desafiar a las autoridades; una mezcla letal que lo convirtió en el
enemigo número uno del gobierno de México.
Su nombre: Jalisco Nueva Generación. En los reflectores de las autoridades desde hace algunos meses, la atención sobre este cártel alcanzó su punto máximo el pasado 1 de mayo cuando generó un caos enorme en la segunda ciudad más grande de México, Guadalajara, y en otras localidades del oeste del país, al ejecutar varios ataques coordinados y simultáneos en contra de policías y militares, que dejaron 17 muertos y 19 heridos, el incendio de vehículos, bancos, gasolineras, y el derribo, por primera vez, de un helicóptero con un lanzacohetes.
En sólo unos cuantos años, Jalisco Nueva Generación pasó de ser un grupo no muy conocido a convertirse en una de las organizaciones más poderosas del narcotráfico junto con el cártel de Sinaloa, de acuerdo con el Departamento del Tesoro estadounidense, cuya Oficina para el Control de Activos Extranjeros lo incluyó en su “lista negra” de grupos narcotraficantes.
Su rápido ascenso refleja un cambio en la estructura del narcotráfico en México como resultado de la estrategia del gobierno de perseguir y dar de baja a los líderes de los principales cárteles. Más que cualquier otro grupo criminal, Jalisco Nueva Generación ha sido, en los últimos cinco años, prácticamente la única organización que logró fortalecerse y arrebatarle espacios a otros actores, mientras que los cárteles eran debilitados por los golpes asestados por las autoridades.
“Es un cártel nuevo, de segunda generación”, dijo a la AP Guillermo Valdés, experto en seguridad y ex director de la agencia de inteligencia mexicana entre 2007 y 2011.
“Es el único y el primero de esta nueva generación que tiene características de organización del narcotráfico poderosa... porque su negocio principal es la producción y la exportación de drogas”.
“Y solamente cuando entras en ese nivel de ingresos... tienes capacidad de mantener una organización de ese tamaño con esas logísticas, con ese armamento”, agregó.
Nueva Generación tiene su origen en la fractura de una organización ya desaparecida, el cártel del Milenio, y luego operó como una facción de Ignacio “Nacho” Coronel, uno de los líderes del cártel de Sinaloa, que era el responsable de la división de las metanfetaminas.
Su nombre: Jalisco Nueva Generación. En los reflectores de las autoridades desde hace algunos meses, la atención sobre este cártel alcanzó su punto máximo el pasado 1 de mayo cuando generó un caos enorme en la segunda ciudad más grande de México, Guadalajara, y en otras localidades del oeste del país, al ejecutar varios ataques coordinados y simultáneos en contra de policías y militares, que dejaron 17 muertos y 19 heridos, el incendio de vehículos, bancos, gasolineras, y el derribo, por primera vez, de un helicóptero con un lanzacohetes.
En sólo unos cuantos años, Jalisco Nueva Generación pasó de ser un grupo no muy conocido a convertirse en una de las organizaciones más poderosas del narcotráfico junto con el cártel de Sinaloa, de acuerdo con el Departamento del Tesoro estadounidense, cuya Oficina para el Control de Activos Extranjeros lo incluyó en su “lista negra” de grupos narcotraficantes.
Su rápido ascenso refleja un cambio en la estructura del narcotráfico en México como resultado de la estrategia del gobierno de perseguir y dar de baja a los líderes de los principales cárteles. Más que cualquier otro grupo criminal, Jalisco Nueva Generación ha sido, en los últimos cinco años, prácticamente la única organización que logró fortalecerse y arrebatarle espacios a otros actores, mientras que los cárteles eran debilitados por los golpes asestados por las autoridades.
“Es un cártel nuevo, de segunda generación”, dijo a la AP Guillermo Valdés, experto en seguridad y ex director de la agencia de inteligencia mexicana entre 2007 y 2011.
“Es el único y el primero de esta nueva generación que tiene características de organización del narcotráfico poderosa... porque su negocio principal es la producción y la exportación de drogas”.
“Y solamente cuando entras en ese nivel de ingresos... tienes capacidad de mantener una organización de ese tamaño con esas logísticas, con ese armamento”, agregó.
Nueva Generación tiene su origen en la fractura de una organización ya desaparecida, el cártel del Milenio, y luego operó como una facción de Ignacio “Nacho” Coronel, uno de los líderes del cártel de Sinaloa, que era el responsable de la división de las metanfetaminas.
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