De acuerdo a los datos preliminares, las osamentas
humanas encontradas pudieran tratarse de los restos extraviados del
piloto norteamericano John W. Chewing y del nicaragüense Alejandro
Selva, quienes vinieron el 19 de Junio de 1949 a bordo del hidroavión
Catalina que amarizó en la bahía de Gracia en Luperón, siendo atacado
sin piedad por las Fuerzas Armadas al servicio del régimen dictatorial.
Según expresó el alcalde municipal de Luperón;
ingeniero Danilo Morrobel, las excavaciones arqueológicas llevadas a
cabo por Glennis Tavares, Enrique De Los Santos y Johnny Rubio quienes
son parte del personal del Museo del Hombre Dominicano, se realizaron en
una finca privada propiedad del señor Gregorio María Lora (El Mayor),
ubicada en el paraje Los Balataes de esa localidad ubicada en la parte
oeste de Puerto Plata, donde el cura párroco Lorenzo Burgos, realizó los
rituales religiosos correspondientes.
Tras la localización y exhumación de los restos
del piloto de la aeronave y otro expedicionario quienes en compañía de
otros 13 hombres, llenos de patriotismo partieron de Guatemala en un
hidroavión tipo PBY Catalina en el primer intento de derrocar la
sanguinaria tiranía Trujillista, las osamentas fueron trasladas al
Museo del Hombre Dominicano, para su posterior exhibición.
Se recuerda que el piloto norteamericano John W.
Chewing del hidroavión Catalina, transportó a los expedicionarios hasta
la bahía de Gracia en Luperón, expedición que tenía como cabecilla a
Horacio Julio Ornes Coiscou, además de los dominicanos Tulio H. Arvelo,
Federico Horacio Henríquez (Gugú) Henríquez Vázquez, José Rolando
Martínez Bonilla, Miguel Angel Feliú Arzeno (Miguelucho), LOS HERMANOS
Spignolio, Hugo Khunhardt, Salvador Reyes Valdéz y Manuel Calderón
Salcedo, el costarricense Alfonso Leyton, y los nicaragüenses Alejandro
Selva, Alberto Ramírez y José Félix Córdoba Boniche.
POR ANTONIO HEREDIA/Elnuevodiario.com
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