Loma Miranda, hoy centro de un conflicto que
concita la atención nacional, fue objeto en la dictadura de Rafael
Leónidas Trujillo de un acontecimiento inaudito, pero propio de la
naturaleza del régimen despótico: El recurso natural había sido donado a
un médico boricua.
El desatino de donar a Loma Miranda a un
particular, por demás extranjero, ocurrió en los años 40 y el
beneficiario de la “bondad” de Trujillo fue el médico puertorriqueño
José G. Sobá.
Ya en posesión del vasto terreno en altura, el
doctor Sobá lo dedicó a un aserradero, para cuya operación reclutó y
contrató a personas que vivían en comunidades cercanas en el Cibao
Central.
El dato está registrado en un informe sobre la
historia de la propiedad de Falcondo en el sitio Loma Miranda, en
proceso de ser declarada Parque Nacional, proyecto que tiene de frente a
la Falconbridge, multinacional que tiene interés de explotar
yacimientos de níquel en esa zona.
El informe explica que cuando cayó la dictadura de
Trujillo, en 1961, los descendientes del doctor Sobá negociaron la
“propiedad” del recurso natural hasta que finalmente la loma fue
adquirida por el señor Freddy Acosta.
Fueron los descendientes del señor Acosta, no el
Estado dominicano, quienes vendieron a Loma Miranda a Falcondo, empresa
que tiene allí la propiedad de 1,373 hectáreas.
El informe, entregado por ejecutivos de Falcondo a
El Nuevo Diario, asegura que su proyecto de explotación minero solo
abarcaría 460 hectáreas, incluyendo vías de acceso e infraestructura.
Añaden que el resto del terreno, 913 hectáreas, se
utilizaría como área de conservación, la cual es ocupada casi en su
totalidad por la cuenca alta y media del río Jagüey.
Autor: Luis Brito/Elnuevodiario.com
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