NUEVA YORK — Darius McCollum, arrestado casi 30 veces por hacerse pasar por un trabajador del sistema de transporte de la Ciudad de Nueva York y así robar autobuses y trenes para conducirlos por sus rutas quedó en libertad condicional.
McCollum fue liberado el martes por la noche tras declararse culpable este año por robar un autobús Trailways en 2010, cuando fue arrestado al volante en una autopista que lleva al Aeropuerto Internacional J. F. Kennedy.
Enfrentaba una pena de hasta 15 años de cárcel si era sentenciado en un juicio, pero el fiscal del distrito de Queens y su abogado lograron un acuerdo: McCollum ingresaría voluntariamente a un programa para recibir terapia siquiátrica. McCollum fue diagnosticado con lo que era hasta hace poco denominado como síndrome de Asperger, pero que ahora está contemplado dentro del espectro del autismo, y sus múltiples arrestos se debían en parte a su enfermedad.
McCollum dijo a The Associated Press este miércoles que planea ponerse
en contacto con una organización no lucrativa para encontrar un
terapeuta y trabajar o ir a una escuela vocacional.
"De hecho estoy feliz, fue un proceso difícil, pero finalmente lo logré", dijo, mientras que agregó que ha dejado atrás sus días de líos con la ley. "No puedo permitir que me vuelvan a arrestar. No puedo lidiar con el asunto de la prisión. Es demasiado eso de la mentalidad de los mafiosos".
McCollum, de 49 años, había memorizado el mapa del metro a los 8 años y trató de obtener un empleo en el sistema de transporte de Nueva York, sin conseguirlo. En cambio se convirtió en un chofer impostor, por lo que fue arrestado en 29 ocasiones. Pero no es un criminal violento, simplemente conduce por las rutas establecidas, arregla rieles y cobra peajes sin tener un trabajo oficial... hasta que la policía lo descubre.
McCollum se volvió famoso por sus intentos de ser conductor, los cuales comenzaron a los 15 años, cuando manejó un metro por seis estaciones sin que los pasajeros lo notaran. Creció en Queens cerca de una estación donde llegan dos líneas del metro y aprendió la mecánica del sistema de transporte por trabajadores que se interesaron en él.
Parte del problema de su caso es que no lo diagnosticaron sino hasta hace poco. La primera vez que supo de la enfermedad fue hace unos 10 años durante uno de sus juicios en Manhattan, pero la juez a cargo rechazó hacerle una evaluación siquiátrica pues dijo que buscó información en internet y así concluyó que McCollum no la tenía. Nunca antes se había propuesto un tratamiento siquiátrico para terminar con sus delitos.
Los fiscales, el juez y su abogado tienen esperanza de que esta ocasión McCollum podrá mantenerse alejado de los problemas. Estel miércoles dijo que no los decepcionará. En su primer día de libertad se reunió con unos cineastas de Manhattan que realizan un documental sobre su vida.
McCollum se subió al metro en la calle 34.
"Bajé a la estación, me compré una tarjeta del metro, me subí al tren y aquí estoy", dijo.......
"De hecho estoy feliz, fue un proceso difícil, pero finalmente lo logré", dijo, mientras que agregó que ha dejado atrás sus días de líos con la ley. "No puedo permitir que me vuelvan a arrestar. No puedo lidiar con el asunto de la prisión. Es demasiado eso de la mentalidad de los mafiosos".
McCollum, de 49 años, había memorizado el mapa del metro a los 8 años y trató de obtener un empleo en el sistema de transporte de Nueva York, sin conseguirlo. En cambio se convirtió en un chofer impostor, por lo que fue arrestado en 29 ocasiones. Pero no es un criminal violento, simplemente conduce por las rutas establecidas, arregla rieles y cobra peajes sin tener un trabajo oficial... hasta que la policía lo descubre.
McCollum se volvió famoso por sus intentos de ser conductor, los cuales comenzaron a los 15 años, cuando manejó un metro por seis estaciones sin que los pasajeros lo notaran. Creció en Queens cerca de una estación donde llegan dos líneas del metro y aprendió la mecánica del sistema de transporte por trabajadores que se interesaron en él.
Parte del problema de su caso es que no lo diagnosticaron sino hasta hace poco. La primera vez que supo de la enfermedad fue hace unos 10 años durante uno de sus juicios en Manhattan, pero la juez a cargo rechazó hacerle una evaluación siquiátrica pues dijo que buscó información en internet y así concluyó que McCollum no la tenía. Nunca antes se había propuesto un tratamiento siquiátrico para terminar con sus delitos.
Los fiscales, el juez y su abogado tienen esperanza de que esta ocasión McCollum podrá mantenerse alejado de los problemas. Estel miércoles dijo que no los decepcionará. En su primer día de libertad se reunió con unos cineastas de Manhattan que realizan un documental sobre su vida.
McCollum se subió al metro en la calle 34.
"Bajé a la estación, me compré una tarjeta del metro, me subí al tren y aquí estoy", dijo.......
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