sábado, 2 de febrero de 2013

Cotuí apoya la revisión del contrato con Barrick Gold.

En las comunidades aledañas a la zona donde está enclavada la minera Barrick Gold la situación no es nada positiva.

En cada una de ellas surgen quejas y denuncias sobre contaminación ambiental, efectos nocivos a la salud, la agricultura y las zonas de irrigación, como consecuencias de los procesos que realiza la empresa con el uso de sustancias químicas.

Las voces de los distintos sectores en la provincia Sánchez Ramírez suenan como una sola, pidiendo la revisión del contrato entre la empresa canadiense y el Estado dominicano y el establecimiento de controles en la forma como ésta opera. Lo piden las juntas de vecinos, la alcaldía, los ambientalistas, médicos, abogados, historiadores, agricultores, amas de casa y motoconchistas, entre otros.

“Ese contrato está hecho de una forma que nos perjudica, la comunidad donde vivo está cerca de la empresa y te juro que no he visto el primer beneficio para nosotros hasta ahora”, asegura Inocencio Heredia, un agricultor, padre de cinco hijos que reside desde hace 23 años en la comunidad Maricao, situada a corta distancia de la mina. Inocencio no se anda con rodeos cuando se refiere a la Barrick y con frecuencia señala hacia el cielo, cuando toca el tema de la contaminación. “El cielo se pone rojo, coloraíto, cuando prenden las máquinas, no sé qué diablos es lo que echan ahí, pero me están matando a plazo. Hay un bajo con frecuencia que me obliga a trancar las puertas, porque me sofoco y me sube la presión”, asegura.

Inocencio no está equivocado, si se toma en cuenta que sus expresiones son revalidadas por el médico Vicente Luna y el ambientalista Pablo Andino José Marte, presidente de la Fundación para la Protección del Medio Ambiente, Vida y Salud. Luna asegura que conoce casos concretos en la provincia Sánchez Ramírez de enfermedades pulmonares como el asma bronquial, y vaginitis en las mujeres por la contaminación que tienen las aguas.

“La Barrick está lanzando al río Yuna un tipo de agua que pudiera compararse casi con la solución de batería. Solo imaginemos lo que está lanzando esa empresa a la presa de Hatillo. Eso es criminal”, dijo el galeno, quien también es historiador.

Mientras, el ambientalista Marte sostiene que si bien la actual minera heredó un problema ambiental de la antigua Rosario Dominicana, también está originando otro mayor, que afecta directamente a las comunidades adyacentes al proyecto.

Esas comunidades son: El Naranjo, Las Lagunas, Zambrana, Chacuey, El Limpio y Tres Bocas, entre otras. “Barrick construye las 24 horas y todo ese proceso lo sufren en carne viva todas esas personas. Por tanto, los moradores no tienen un segundo de paz ni de tranquilidad, ni de día ni de noche”, apuntó. Sostuvo que las cuencas hidrográficas, como el río Maguaca, han sido afectadas de manera directa por el alto nivel de contaminación que llega hacia éstas, producto de las correntías y las aguas pluviales.

¿Y la reubicación?
En el caso de las personas más expuestas a la contaminación, debido a la cercanía con la mina, algunos sectores proponen que inicialmente se haga una reubicación de esas viviendas en lugares lejanos al área de explotación. Menos expuestos al polvillo y a otras formas de afectar la salud que tiene la mina de Pueblo Viejo, Cotuí.

Una de esas viviendas sería la de Juana Hernández, una señora que constantemente se queja de que la Barrick solo acude donde ellos a decirles lo que hace para ganarse su dinero, pero no hace nada para beneficiar la comunidad.

“Nunca nos atienden, vienen usando unos términos que no entendemos”, dijo. Varios agricultores de las comunidades cercanas a la mina sostienen que sus frutos se dañan ahora, cosa que no ocurría antes de instalarse la mina.

Reconocen que no tienen explicación científica para ese fenómeno. Las opiniones entre los representantes de las juntas de vecinos de la provincia Sánchez Ramírez sobre la empresa minera no son nada positivas.

“Nosotros hablamos a partir de lo que estamos viendo. Ese contrato fue hecho para beneficiar a los grandes dueños de la mina. Eso debe ser modificado. El pueblo de Cotuí, que está en la boca del lobo y que sufre todos los efectos contaminantes, está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias para que las cosas no sigan el camino que llevan”, planteó el presidente de la Unión de Juntas de Vecinos, Juan Ortega.

Según sus informaciones, la contaminación tocó el río Yuna, considerado el  principal suplidor de agua.
El efecto ha sido “dominó”, según el dirigente, porque ya quienes tenían en la pesca su fuente de sustento han quedado prácticamente sin esa posibilidad. “En el río lo que se observa es una lama verde, la gente no pesca por temor a envenenarse.

El abogado cotuisano Joaquín Reinoso también opinó ayer sobre el tema, mostrando decepción por la forma como el Estado dominicano se desprende de sus pertenencias para favorecer a compañías extranjeras. “Cómo es posible que esto ocurra mientras los hombres y mujeres de la provincia Sánchez Ramírez somos quienes sufrimos las consecuencias de la contaminación de la Barrick Gold”. l

Molina Lluberes advirtió problemas
El alcalde municipal de Cotuí, Rafael Molina Lluberes, entrevistado ayer rememoró que cuando fue diputado advirtió a la Barrick que tendría serios problemas si el contrato pasaba, como finalmente pasó. “Lo pasaron, violaron todos los procedimientos de la Cámara de Diputados. Quienes hicieron eso, sin duda, actuaron en contra del país”, dijo Molina Lluberes. Aseguró que “entre otras barbaridades que tiene el contrato, se establece que la carga que saque la Barrick Gold del país no es revisable en aduanas”. Y agregó, a manera de pregunta: “Qué sabes tú lo que van ellos a sacar de ahí.

Aquí se han comprado muchas voluntades para defender un crimen contra el país y contra el Estado”. Molina Lluberes sugirió a la empresa minera plantear ella misma la revisión del contrato y advirtió que si bien el pueblo de Cotuí es pacífico, también tiene capacidad de reaccionar....Fuente:Elcaribe/Por:Martin Polanco

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