La palabra reflujo significa “que regresa”; esto suele suceder en los contenidos del estómago, que se hallan parcialmente digeridos y pueden devolverse al esófago, provocando la sensación de ardor y acidez. Cuando la acidez es frecuente, entonces se puede estar padeciendo la enfermedad del reflujo gastroesofágico.
Los hábitos en la alimentación son fundamentales para ayudar a tratar este problema. Es indispensable que si tienes reflujo gástrico elimines de tu dieta: cafeína, chocolate, tomates y sus salsas, bebidas carbonatadas, alcohol y vinagres, alimentos grasos o muy condimentados, alimentos irritantes, como la mostaza o la pimienta y la leche de vaca y todos sus derivados.
Es aconsejable consumir ensaladas y jugos de vegetales frescos, que aportan vitaminas y minerales que ayudan a restaurar las funciones digestivas. Bebe jugo de áloe vera o zanahoria en las comidas. Consume leches vegetales como la de avena, arroz o almendra, que son digestibles y ligeras para el estómago, además de ser muy nutritivas y no causar intolerancias.
Los alimentos probióticos, como el kéfir son excelentes, si se toman por las mañanas, pero no deben de ser combinados con otras proteínas, es mejor tomarlos solos con un poco de miel y algún ceral integral.
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