Afortunadamente hoy estamos más alerta ante los alimentos que consumimos, a pesar de los nombres clave que utiliza la industria alimentaria para ocultar el verdadero origen de adivitos, conservadores, saborizantes y otras sustancias que añaden a los productos comestibles.
Muchas de esas sustancias tienen orígenes que ni imaginas, o son
derivadas de procesos altamente químicos y tóxicos. La web especializada
Ecoportal señala algunos de estos ingredientes, comunes en los alimentos que comemos y francamente asquerosos de pensar:
Vísceras de ternera. La cuajada natural es un
proceso lento que no permitiría a la industria de los lácteos cubrir la
gran demanda de quesos en el mundo. Así que aprovechan la consistencia
del estómago de la ternera para cuajar los quesos rápidamente.
Castóreo. Este ingrediente no es más que secreciones
de castores que se usan para acentuar el sabor a vainilla de algunos
helados y el sabor a frambuesa en algunos otros alimentos.
Ácido fosfórico. Se trata de un ingrediente del
asfalto que la industria alimentaria rotula como “E338” y que podrás
encontrar en algunas bebidas gaseosas.
Cartílago de pollo. ¿Alguna vez has visto un nugget
de pollo con un sospechoso color rosa? Se debe a la conocida como “pasta
rosa”, una masa que se fabrica con restos de carne y cartílago de
pollo.
Huesos carbonizados de animales. Se utilizan para blanquear alimentos como el azúcar o la harina.
Secreciones de oveja. ¿Sabías que muchas marcas de
goma de mascar utilizan lanolina para suavizar la golosina? El origen de
la lanolina son secreciones extraídas de la grasa de ovejas.....Fuente:EDLP
martes, 15 de marzo de 2016
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