BBC MUNDO. El líder de la revolución cubana, Fidel
Castro, aseguró que no esperaba vivir tanto tiempo cuando dejó el poder
en julio de 2006 como consecuencia de una grave enfermedad.
"Estaba lejos de imaginar que mi vida se prolongaría otros siete años más", asegura Castro en el texto "Las verdades objetivas y los sueños" publicado en el diario oficial Gramma un día después de su 87 cumpleaños.
"Apenas comprendí que sería definitivo, no vacilé un segundo en proclamar el día 31 (de julio) que cesaba en mis cargos como presidente de los consejos de Estado y de ministros", dice Castro al hacer referencia al momento en el que decidió transferir el poder a su hermano Raúl.
En el artículo, el expresidente cubano también hace referencia a la muerte del expresidente venezolano Hugo Chávez quien, asegura, fue su "mejor amigo" en sus años de político activo y de quien guarda "un especial recuerdo".
Castro, que llegó al poder tras la revolución de 1959, revela en el artículo que en 1980 la Unión Soviética le advirtió que ya no estaba preparada para defender la isla ante un eventual ataque estadounidense.
Por el contrario, afirma, el difunto líder norcoreano Kim Il Sung le envió 100.000 rifles sin pedirle un centavo a cambio.
"Estaba lejos de imaginar que mi vida se prolongaría otros siete años más", asegura Castro en el texto "Las verdades objetivas y los sueños" publicado en el diario oficial Gramma un día después de su 87 cumpleaños.
"Apenas comprendí que sería definitivo, no vacilé un segundo en proclamar el día 31 (de julio) que cesaba en mis cargos como presidente de los consejos de Estado y de ministros", dice Castro al hacer referencia al momento en el que decidió transferir el poder a su hermano Raúl.
En el artículo, el expresidente cubano también hace referencia a la muerte del expresidente venezolano Hugo Chávez quien, asegura, fue su "mejor amigo" en sus años de político activo y de quien guarda "un especial recuerdo".
Castro, que llegó al poder tras la revolución de 1959, revela en el artículo que en 1980 la Unión Soviética le advirtió que ya no estaba preparada para defender la isla ante un eventual ataque estadounidense.
Por el contrario, afirma, el difunto líder norcoreano Kim Il Sung le envió 100.000 rifles sin pedirle un centavo a cambio.
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