MAO/Elnacional.- La Alcaldía de esta ciudad declaro tres días
de duelo y el Senado de la República un Minuto de Silencio por la muerte
de la prestigiosa educadora Altagracia Camelia Disla Rodríguez,
considerada la madre espiritual de los Maeños.
El cuerpo sin vida de doña Camelia está siendo velado en su casa ubicada en la calle Emilio Arté esquina Santa Ana de esta ciudad, donde permanecerá hasta el momento de su sepultura mañana viernes.
Los preparativos de los funerales están a cargo del Comité de Historia de Mao, al cual ella perteneció y fue su asesora permanente. Autoridades locales y el pueblo compungido acompañan en estos momentos a la familia de Doña Camelia, quien en vida ocupo la posición de gobernadora provincial.
Disla Rodríguez fue una de las dominicanas más brillantes de este siglo, 75 años en el ejercicio del magisterio en forma ininterrumpido. La doña, como le llamaban era hija de Candelario Disla y Dominga Rodríguez, quienes procrearon siete hijos.
Fue una poetiza y escritora de fina expresión y alta sensibilidad humana. Sus primeros estudios los inició en la entonces Escuela Graduada Mixta No. 1 que dirigía la señorita Anacaona Almonte, su primera maestra lo fue Rebeca Sánchez (hija de la profesora Amelia Rodríguez) y luego estudió con la renombrada educadora Teresa Brea de Luna.
Se inició como maestra el 1ero. de febrero de 1935 en la Escuela Rural de Gurabo Afuera, jurisdicción del Municipio de Mao. Fue la primera persona en llegar a esta comunidad para ejercer la docencia.
En marzo de 1939 pasó a ocupar la dirección de la Escuela Rudimentaria Rural de Jinamagao Arriba, donde trabajó durante un año. En 1940 dirigió la Escuela Urbana de niñas de Esperanza, comunidad donde le correspondió sacar su cédula personal de identidad que como dato curioso es la número 01 de dicho municipio, lo que demuestra su apego a los principios y a las leyes.
De allí pasó a ocupar las mismas funciones en la escuela Rudimentaria de Villa Lobos, provincia de Montecristi, donde permaneció hasta marzo de 1946.
Altagracia Camelia, llegó a su pueblo natal Mao en 1946 para trabajar como Maestra de séptimo curso en la Escuela Graduada Mixta “Generalísimo Trujillo”, hoy “Juan Isidro
Pérez”. Más adelante trabajó como alfabetizadora, como Maestra de Cuarto Curso de educación primaria y luego en el octavo curso de la educación.
Para esa época ya había finalizado como Estudiante Libre los estudios para Maestra Normal de Primera Enseñanza en la Escuela Anexa que dirigía la señorita Mélida Giralt en la Escuela Normal Ulises Francisco Espaillat de la ciudad de Santiago.
El primero de febrero de 1960 fue ascendida a Directora de la Escuela Primaria e Intermedia “Generalísimo Trujillo” de la ciudad de Mao que posteriormente pasó a llamarse “Juan Isidro Pérez”, donde por varios años trató de hacer crecer moral e intelectualmente una población que sobrepasaba los 2,000 estudiantes por año.
El 23 de Noviembre de 1966 fue injustamente separada del servicio público docente, víctima de los vaivenes políticos del momento, y luego jubilada de la educación pública en 1967.
Doña Camelia, como todos le llaman, no se cruzó de brazos en la quietud del hogar. Sentía que debía seguir aportando su saber a la juventud dominicana. Comenzó a coser para ganarse el pan, hasta que el 1ero. de Noviembre de 1967 fundó el Colegio “Enriquillo”, donde ha continuo sin desmayo su lucha en el campo de la docencia hasta nuestro días.
Con firme propósito de servir cada vez mejor a la educación dominicana y en especial de su comunidad, ingresó a la Universidad Nacional “Pedro Henríquez Ureña” en su extensión de la Vega en 1974, donde viajaba cada sábado, graduándose en 1984 con honores (Magna Cun Laude) con el título de Licenciada en Ciencias de la Educación, Mención LETRAS-SOCIALES.
En el período 1985-86 ostentó el cargo de Gobernadora de la Provincia, funciones que desempeño con tacto, discreción y responsabilidad y por lo que una amiga le dijo: “Usted ha prestigiado la Gobernación”.
Doña Camelia, consciente de sus deberes para su pueblo, fundó en 1971 junto a un grupo de connotados ciudadanos, el Comité “La Barranquita, Inc.” el cual ha escrito brillantes páginas en la vida cívica, histórica y cultural de nuestro pueblo; es una de las fundadoras del Comité de Historia de Mao, Inc.,; Miembro del Comité de Apoyo al CURNO-UASD desde antes de la existencia del mismo hasta nuestros días; Miembro del Instituto Duartiano Filial Mao, etc.
Doña Camelia, no sólo ha dado su aporte a la educación, al civismo y a la historia. En la tranquilidad de su hogar escribe versos y canciones. Ha cantado a Mao, a la Patria y a su gente mediante finas y muy acertadas composiciones. Conserva decenas de poemas inéditos que esperamos algún día lleguen al conocimiento de la sociedad.
En Mao y el Noroeste no hay estamentos sociales, grupos, credo político, religioso ni condiciones económicas, que no vea a Doña Camelia con profundo sentido de admiración y respeto. Esto es así, por su limpia trayectoria en la vida, por su fructífera y larga labor en la enseñanza, por su fina y excelsa personalidad, por su sólida formación, por su gran dominio
de la ciencia y la cultura y por ser un permanente ejemplo para las generaciones presentes y venideras.
El cuerpo sin vida de doña Camelia está siendo velado en su casa ubicada en la calle Emilio Arté esquina Santa Ana de esta ciudad, donde permanecerá hasta el momento de su sepultura mañana viernes.
Los preparativos de los funerales están a cargo del Comité de Historia de Mao, al cual ella perteneció y fue su asesora permanente. Autoridades locales y el pueblo compungido acompañan en estos momentos a la familia de Doña Camelia, quien en vida ocupo la posición de gobernadora provincial.
Disla Rodríguez fue una de las dominicanas más brillantes de este siglo, 75 años en el ejercicio del magisterio en forma ininterrumpido. La doña, como le llamaban era hija de Candelario Disla y Dominga Rodríguez, quienes procrearon siete hijos.
Fue una poetiza y escritora de fina expresión y alta sensibilidad humana. Sus primeros estudios los inició en la entonces Escuela Graduada Mixta No. 1 que dirigía la señorita Anacaona Almonte, su primera maestra lo fue Rebeca Sánchez (hija de la profesora Amelia Rodríguez) y luego estudió con la renombrada educadora Teresa Brea de Luna.
Se inició como maestra el 1ero. de febrero de 1935 en la Escuela Rural de Gurabo Afuera, jurisdicción del Municipio de Mao. Fue la primera persona en llegar a esta comunidad para ejercer la docencia.
En marzo de 1939 pasó a ocupar la dirección de la Escuela Rudimentaria Rural de Jinamagao Arriba, donde trabajó durante un año. En 1940 dirigió la Escuela Urbana de niñas de Esperanza, comunidad donde le correspondió sacar su cédula personal de identidad que como dato curioso es la número 01 de dicho municipio, lo que demuestra su apego a los principios y a las leyes.
De allí pasó a ocupar las mismas funciones en la escuela Rudimentaria de Villa Lobos, provincia de Montecristi, donde permaneció hasta marzo de 1946.
Altagracia Camelia, llegó a su pueblo natal Mao en 1946 para trabajar como Maestra de séptimo curso en la Escuela Graduada Mixta “Generalísimo Trujillo”, hoy “Juan Isidro
Pérez”. Más adelante trabajó como alfabetizadora, como Maestra de Cuarto Curso de educación primaria y luego en el octavo curso de la educación.
Para esa época ya había finalizado como Estudiante Libre los estudios para Maestra Normal de Primera Enseñanza en la Escuela Anexa que dirigía la señorita Mélida Giralt en la Escuela Normal Ulises Francisco Espaillat de la ciudad de Santiago.
El primero de febrero de 1960 fue ascendida a Directora de la Escuela Primaria e Intermedia “Generalísimo Trujillo” de la ciudad de Mao que posteriormente pasó a llamarse “Juan Isidro Pérez”, donde por varios años trató de hacer crecer moral e intelectualmente una población que sobrepasaba los 2,000 estudiantes por año.
El 23 de Noviembre de 1966 fue injustamente separada del servicio público docente, víctima de los vaivenes políticos del momento, y luego jubilada de la educación pública en 1967.
Doña Camelia, como todos le llaman, no se cruzó de brazos en la quietud del hogar. Sentía que debía seguir aportando su saber a la juventud dominicana. Comenzó a coser para ganarse el pan, hasta que el 1ero. de Noviembre de 1967 fundó el Colegio “Enriquillo”, donde ha continuo sin desmayo su lucha en el campo de la docencia hasta nuestro días.
Con firme propósito de servir cada vez mejor a la educación dominicana y en especial de su comunidad, ingresó a la Universidad Nacional “Pedro Henríquez Ureña” en su extensión de la Vega en 1974, donde viajaba cada sábado, graduándose en 1984 con honores (Magna Cun Laude) con el título de Licenciada en Ciencias de la Educación, Mención LETRAS-SOCIALES.
En el período 1985-86 ostentó el cargo de Gobernadora de la Provincia, funciones que desempeño con tacto, discreción y responsabilidad y por lo que una amiga le dijo: “Usted ha prestigiado la Gobernación”.
Doña Camelia, consciente de sus deberes para su pueblo, fundó en 1971 junto a un grupo de connotados ciudadanos, el Comité “La Barranquita, Inc.” el cual ha escrito brillantes páginas en la vida cívica, histórica y cultural de nuestro pueblo; es una de las fundadoras del Comité de Historia de Mao, Inc.,; Miembro del Comité de Apoyo al CURNO-UASD desde antes de la existencia del mismo hasta nuestros días; Miembro del Instituto Duartiano Filial Mao, etc.
Doña Camelia, no sólo ha dado su aporte a la educación, al civismo y a la historia. En la tranquilidad de su hogar escribe versos y canciones. Ha cantado a Mao, a la Patria y a su gente mediante finas y muy acertadas composiciones. Conserva decenas de poemas inéditos que esperamos algún día lleguen al conocimiento de la sociedad.
En Mao y el Noroeste no hay estamentos sociales, grupos, credo político, religioso ni condiciones económicas, que no vea a Doña Camelia con profundo sentido de admiración y respeto. Esto es así, por su limpia trayectoria en la vida, por su fructífera y larga labor en la enseñanza, por su fina y excelsa personalidad, por su sólida formación, por su gran dominio
de la ciencia y la cultura y por ser un permanente ejemplo para las generaciones presentes y venideras.
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