Santo Domingo/EFE - Representantes de
las más de 50,000 mujeres que ejercen la prostitución en República
Dominicana defendieron este jueves sus derechos y alertaron del tráfico
de compatriotas para explotarlas sexualmente en diferentes destinos del
mundo.
La
denuncia fue realizada en la inauguración del octavo Congreso Nacional
de las Trabajadoras Sexuales, organizado por el Movimiento de Mujeres
Unidas (Modemu), que agrupa a cerca de 7,500 mujeres de las
aproximadamente 50,000 que ejercen la prostitución en el país.
Según
la denuncia, negocios de Europa y de algunas islas del Caribe están
enviando "emisarios" a zonas rurales de República Dominicana para
"ofertar supuestos contratos de trabajo a muchachas de escasos recursos
económicos con buena presencia, a quienes luego la prostituyen en
centros de diversión".
Según
las mismas fuentes, la crisis que vive Europa ha obligado a las redes
de prostitución a traficar con dominicanas a destinos como Chile,
Panamá, Curazao, Guadalupe y otras islas del Caribe.
También
alertaron de la nueva modalidad de prostitución "el sexo transaccional"
que definen como el intercambio de placer por ropas, celulares y
drogas, mayormente entre jóvenes de 14 y 25 años.
Durante
el congreso de dos días, titulado "Soy una mujer no un objeto sexual de
nadie", las trabajadoras sexuales demandaron del Gobierno incluirlas en
los programas sociales, acceso a microcréditos, así como en el Sistema
de Seguridad Social,
Asimismo, programas de capacitación, formación técnica y cursos en el área laboral.
Un
comunicado difundido por Modemu señala que la mayoría de las mujeres
que ejercen el trabajo sexual en el país residen o provienen de sectores
marginados de la capital dominicana, de la provincia Santo Domingo, y
de San Cristóbal (sur).
La
organización precisó, además, que en el último año, las casas de citas y
los centros de masajes fueron desplazados como los principales puntos
para el contacto con las trabajadoras sexuales.
La
presidenta de Modemu, Marina Torres, dijo esta semana que muchas de sus
compañeras son objeto de graves agresiones de todo tipo, "no solo por
los clientes, sino también por parte de agentes policiales, dueños y
administradores de muchos de los establecimientos donde laboran".
"Paradójicamente",
agregó, "los clientes de cuello blanco son los más agresivos y
peligrosos, ya que tienen muchas fantasías en sus cabezas y cuando las
trabajadoras sexuales no podemos cumplir con sus requerimientos se
tornan violentos y amenazantes, apoyándose en sus influencias y su
posición social".
Destacó,
además, que las trabajadores sexuales dominicanas carecen del beneficio
de políticas oficiales que las ayuden a superarse, ya que en su mayoría
provienen de hogares de padres divorciados, matrimonios disfuncionales,
víctimas de violaciones sexuales en la niñez, de ambiente de extrema
marginalidad y otros graves problemas sociales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario