Nueva York/EFE. - Los técnicos que investigan el accidente ocurrido ayer en un transbordador en Nueva York, que dejó un balance final de 74 heridos, dos de ellos graves, estudiarán la posibilidad de un fallo mecánico o humano.
Los
técnicos del Consejo Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB)
investigarán el estado de los motores, timones y propulsores de la nave,
según indicó Robert Sumwalt, miembro de la dirección de ese organismo
federal en unas declaraciones.
Los investigadores entrevistarán hoy a los cinco miembros de la tripulación del buque.
También
se va a estudiar el grado de cumplimiento por parte de la compañía y
del barco de las normas técnicas y de seguridad, añadió Sumwalt, quien
dijo que en el momento del accidente el capitán se encontraba en su
puesto de mando.
Los
tripulantes fueron sometidos ayer a pruebas de alcohol y drogas, que
dieron negativas, según indicó un portavoz del NTSB. Además, el tiempo
era bueno por lo que no cabe buscar explicaciones en la meteorología o
el estado de las aguas.
El
accidente ocurrió hacia las 8:40 hora local cuando el ferry de alta
velocidad Seastreak cargado de personas que acudían a trabajar,
aparentemente se acercó a tierra con más velocidad de la debida y chocó
contra el muelle número 11 del puerto del extremo sur de la isla de
Manhattan.
La
mayoría de los heridos sufrieron lesiones leves, pero dos sufrieron
heridas graves en la cabeza. Uno de ellos salió despedido de una de las
escaleras de la nave cuando se preparaba para desembarcar y fue operado
de lesiones en la cara en el hospital de la Universidad Cornell.
El
buque, que navegaba aparentemente a entre 10 y 12 nudos de velocidad,
golpeó primero un embarcadero y posteriormente un segundo, según explicó
la comisionada de Transporte de Nueva York, Janette Sandik-Kahn, en una
rueda de prensa junto al lugar del accidente.
El
transbordador es un catamarán de 43 metros de eslora que presenta un
boquete en su casco de estribor como consecuencia del accidente.
La
nave realiza el servicio llamado “Wall Street” entre Highlands (Nueva
Jersey) y el sur de Manhattan (un trayecto de 40 minutos) y, aunque
tiene una capacidad máxima de 400 personas, llevaba a bordo 343
pasajeros y 5 tripulantes.
La
práctica habitual en los transbordadores es que en la parte final del
trayecto muchos ocupantes se pongan de pie y se acerquen a las puertas
para desembarcar lo antes posible, por lo que la colisión lanzó despedidos a muchos pasajeros.
“Hubo
un impacto tremendo y todo el mundo salió volando hacia adelante”,
explicó una pasajera a la cadena de televisión ABC. Otros pasajeros
hablaron de escenas de caos y pánico entre los cientos de ocupantes.
Ninguno de los ocupantes del transbordador cayó al agua.
Las
autoridades enviaron a la zona 150 miembros de los servicios de
emergencias en tres minutos, explicó por su parte el comisionado de
Bomberos, Salvatore Cassano.
Los
transbordadores realizan un tráfico constante en la región de Nueva
York, ya que se trata de una zona costera y con islas, y el tránsito es
especialmente intenso en las horas de entrada y salida del trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario