Obama ha recurrido a un comunicado de su portavoz, Kevin Lewis, en lugar de difundir una declaración propia para intervenir así, de manera interpuesta, en el debate político que ha suscitado la polémica orden ejecutiva, que suspende durante 90 días la concesión de visados y la entrada a todos los ciudadanos de Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen, además de paralizar temporalmente la acogida de refugiados.
En la nota, Lewis explica que Obama “fundamentalmente no está de acuerdo con la noción de discriminar a los individuos por su fe o religión” y asegura que siente “alentado” por el compromiso social de quienes alzan la voz en el país: “Ciudadanos ejerciendo su derecho constitucional de reunión, organización y haciendo que sus voces sean escuchadas por los oficiales electos es exactamente lo que esperamos ver cuando los valores estadounidenses están en peligro”, reza el comunicado.
Obama, que hace apenas diez días que abandonó la Casa Blanca, prometió durante su última rueda de prensa no intervenir en el debate político a menos que se vulneraran principios democráticos fundamentales y mencionó específicamente la discriminación social. “En su discurso oficial final como presidente, [Obama] habló sobre el importante papel de los ciudadanos y cómo todos los estadounidenses tienen la responsabilidad de ser los guardianes de nuestra democracia, no sólo durante las elecciones, sino todos los días”, ha reiterado su portavoz.
Críticas desde diversas instituciones estadounidenses
La orden ejecutiva sobre inmigración, que entró en vigor el pasado sábado, está suscitando un creciente rechazo dentro y fuera de Estados Unidos, con abiertas críticas por parte de Naciones Unidas, varios gobiernos europeos o varias de las principales empresas estadounidenses, entre otros.El aviso de Obama no es la única de esas críticas que surge del ámbito institucional de Estados Unidos, ya que varios congresistas, incluso republicanos, como el senador John McCain, ha cargado contra la medida y diversos fiscales y jueces han emprendido iniciativas para frenarla. Este lunes se ha sabido, además, que más de un centenar de diplomáticos estadounidenses han firmado un documento interno en el que protestan contra ella, al considerar que será contraproducente en la lucha contra el terrorismo.
En el documento, filtrado a la prensa, numerosos funcionarios del servicio exterior expresan su oposición: “Esta prohibición, que solo puede levantarse bajo condiciones que a los países les resultará difícil o imposible cumplir, no alcanzará su objetivo señalado de proteger al pueblo estadounidense de ataques terroristas de ciudadanos extranjeros que ingresen en Estados Unidos”, advierten los firmantes del documento.
El texto, que según el diario The Wall Street Journal ya ha recibido más de cien firmas, sigue circulando por el Departamento de Estado para recibir nuevos apoyos antes de ser remitido al llamado “canal de discrepancias” de la agencia, abierto durante la guerra de Vietnam (1955-1975) para que sus empleados puedan expresar su disconformidad a las altas esferas de la diplomacia estadounidense sin temor a represalias, por lo que deben recibir una respuesta oficial en un plazo de entre 30 y 60 días....Fuente:RTVE.ES/Almomento.net
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