PARÍS, (EFE).- Saïd Mohamed-Aggad, padre del tercer yihadista
suicida que atacó la sala de conciertos Bataclan el pasado 13 de
noviembre en París, aseguró hoy que de haber sabido que un día iba a
cometer algo parecido, le habría matado él mismo antes.
"¿Qué ser humano puede hacer lo que hizo?", se pregunta en unas
declaraciones recogidas por el diario "Le Parisien", el mismo día en que
se difundió que su hijo era uno de los tres atacantes de esa sala, en
la que fueron asesinadas 89 personas y más de 200 resultaron heridas.
Foued Mohamed-Aggad, de 23 años, pudo ser identificado gracias a su
madre, que tras recibir un SMS de un número sirio donde se le comunicaba
que su hijo había muerto como "mártir en París" se puso en contacto con
la Policía.
La última vez que Saïd supo de él fue hace cuatro o cinco meses, a
través de Skype: "Como siempre, no decía nada de su día a día, de dónde
estaba o de lo que hacía. Respondía solo que estaba bien, hablaba a
menudo de la yihad".
El padre dijo haberse enterado por los medios de que Foued había sido
identificado ya como uno de los terroristas, y confesó que "no vio
venir" lo sucedido.
Saïd sabía que su hijo se había radicalizado, pero admite que en sus
peores pesadillas pensaba que "moriría en Siria o en Irak, no que
volvería para hacer eso...".
Foued, natural de Estrasburgo, había viajado a Siria a finales de
2013 con su hermano Karim, de 25, y otros siete jóvenes. Dos de ellos
murieron allí rápidamente y el resto -salvo él- volvieron a Francia
entre febrero y marzo de 2014, antes de ser detenidos por su huida
yihadista.
"Nos mintió, haciéndonos creer que se iba de vacaciones", afirmó el
padre, que perdió progresivamente el contacto con su hijo, hasta que
este fue prácticamente inexistente.
Su hijo, subrayó, "había dejado de ser él. La persona con la que
hablaba era otra. Alguien a quien le habían lavado el cerebro, con el
que ya no servía para nada comunicarse".
Foued vivía con su madre, y él afirma haber presenciado impotente el
cambio de su hijo y haber esperado a que se le anunciara su muerte
cuando supo que, del grupo que fue a Siria, él fue el único que no
regresó.
El padre confiesa que "hubiera preferido que muriera allí en lugar de
aquí", y explica que nada en su infancia podía llevar a pensar que
podía acabar así.
"Nació aquí, creció y fue escolarizado en Francia", dice sobre quien
recuerda como un niño "tranquilo", que cuando comenzó a radicalizarse se
dejó crecer la barba y empezó a rezar. "Pero de ahí a imaginar lo que
iba a pasar después... Francamente, no lo vimos venir".....Fuente:Elnuevodiario.com
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