Washington, (EFE).- El Gobierno de
Estados Unidos condenó los ataques del grupo yihadista Estado Islámico
(EI) a los cristianos asirios secuestrados en la provincia de Al Hasaka,
en el noreste de Siria, y pidió su liberación sin condiciones.
"Los ataques del EI a las minorías religiosas no
hacen sino testificar su trato brutal e inhumano a los que no comparten
sus objetivos divisores y creencias tóxicas", dijo la portavoz del
Departamento de Estado, Jen Psaki, en una nota difundida el martes.
El EI, añadió "continua atacando a inocentes de todas las religiones,y la mayoría de sus víctimas han sido musulmanes".
"Trágicamente, los sirios no están amenazados
solamente por la violencia grotesca del EI y su represiva ideología,
sino también por la incesante campaña del terror del régimen de Bachar
al Asad. Como el EI, este régimen muestra con sus crímenes un completo
desprecio por la vida humana", se indica en el comunicado.
En Al Hasaka habita la mayor parte de los asirios
de Siria, un grupo étnico de mayoría cristiana, que también vive en Irak
y Turquía.
Antes del inicio del conflicto en Siria, en marzo
de 2011, había 200.000, aunque ahora solo quedan entre 15.000 y 20.000
en este país, según datos proporcionados a Efe por el presidente del
Movimiento Patriótico de Asiria, Ashur Girwargis.
Su idioma, el asirio, es una mezcla de acadio, una antigua lengua de Mesopotamia, y arameo, que también se usa en la liturgia.
Son cristianos y siguen a las iglesias caldea, siriaco-ortodoxa y la asiria del Este.
El secuestro coincide con una ofensiva de las
Unidades de Protección del Pueblo -milicias kurdo sirias- para arrebatar
al EI regiones ricas en petróleo y gas de Al Hasaka.
Los asirios viven en una treintena de pueblos en
la ribera sureña del río Jabur, en Al Hasaka, mientras que los kurdos
habitan en el lado septentrional.
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