Porque cocina más rápido y podemos preparar el guiso en menos tiempo.
¿Y por qué cocina más rápido?
A bajas temperaturas, algunas moléculas tienen energía suficiente para escaparse del líquido en un proceso conocido por evaporación. Pero al llevar un líquido a su punto de ebullición, las moléculas tienen energía suficiente para pasar al estado gaseoso de forma masiva.
¿Y cómo se llega a ese punto de ebullición?
Dos factores influyen en ello: la temperatura y la presión.
A mayor temperatura las moléculas ganan energía y les es más fácil escapar del líquido, en cambio, a mayor presión mayor dificultad, debiendo acumular más energía para poder escapar. Por lo que a mayor presión se da un aumento del punto de ebullición.
La olla a presión es un recipiente hermético para cocinar que puede alcanzar presiones superiores a la atmosférica. Así la presión dentro de la olla permite subir la temperatura de ebullición por encima de 100 °C, hasta unos 130 °C.
La temperatura más alta hace que los alimentos se cocinen más rápidamente llegando a reducir los tiempos de cocción tradicionales entre tres y cuatro veces.
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