“Esto es una crisis, no hay duda al respecto. Los retrasos están aumentando, el servicio está declinando y los neoyorquinos están frustrados como nunca antes. Lo que mostramos aquí es que detrás de cada retraso, hay un costo humano, y detrás de cada interrupción del servicio, hay vidas afectadas”, dijo el Contralor de la Ciudad de Nueva York, Scott M. Stringer, cuya oficina condujo el estudio.
La encuesta mostró que los retrasos están poniendo en peligro el trabajo y la seguridad financiera de los neoyorquinos, particularmente entre las comunidades de bajos ingresos. Los encuestados dijeron que sólo en los últimos tres meses, los retrasos causaron llegar tarde a una reunión de trabajo el 74 por ciento de las veces, llegar tarde a una entrevista de trabajo el 22 por ciento, ser reprendido por sus supervisores el 18 por ciento, perder los salarios el 13 por ciento e inclusive, ser despedido de un trabajo el 2 por ciento.
Efectos en las comunidades de bajos ingresos
Los resultados, basados en más de 1.200 persona encuestadas, que fueron abordadas en 143 estaciones a través de los cinco condados, revelaron también que los residentes de las comunidades de bajos ingresos son más propensos a ser reprendidos en el trabajo, a perder salario o a sufrir otras consecuencias como resultado de los retrasos que los que viven en zonas de ingresos más altos.“Este es un desafío que no empezó de la noche a la mañana y que no se arreglará de la noche a la mañana. Tenemos un sistema de señalización que tiene 70 años, coches que son algunos de los más antiguos del mundo y hacinamiento que hacen que los neoyorquinos viajen como sardina en lata”, agregó Stringer.
El contralor apuntó que la situación actual se debe al fracaso de no invertir en regenerar el sistema en las pasadas décadas.
“No hay duda de que ahora necesitamos un enfoque conjunto para enfrentar el problema. La capacidad de Nueva York para mantenerse al frente de las exigencias de este siglo, depende de la calidad de nuestro sistema de transporte”, insistió Stringer.
Otras alternativas de transporte
Entre otros datos de interés, la encuesta reveló que, como resultado de los persistentes retrasos en el metro, durante los últimos tres meses, muchos usuarios dijeron que se vieron obligados a recurrir a formas alternativas de transporte. Un 50 por ciento dijo que tuvieron que tomar un taxi u otro vehículo de alquiler para ir a trabajar, un 42 por ciento optó por caminar para llegar al trabajo, un 40 por ciento tomaron un autobús, el 10 por ciento se decidió por conducir y el 6 por ciento lo hizo en bicicleta.Al margen del trabajo, los retrasos en el servicio de metro también interrumpió la vida personal de los usuarios. Según la encuesta, en los últimos tres meses, el 65 por ciento de los encuestados dijo que los retrasos los habían hecho llegar tarde a recoger, dejar o asistir a la función de un niño, mientras que el 29 por ciento de los usuarios llegaron tarde a una cita médica.
En general, alrededor del 71 por ciento de los encuestados reportaron retrasos significativos al menos la mitad del tiempo que usaron el metro, mientras que sólo un por ciento dijo que nunca experimentó un retraso significativo. Cuando se les pidió calificar con una nota el servicio de metro, el 14 por ciento de los encuestados calificó el servicio de metro con una “F”, el 24 por ciento con “D” y el 35 por ciento le dieron una “C”.
Eso significa que casi tres cuartas partes de los encuestados calificaron el servicio como “C” o inferior, y uno de cada siete usuarios le dio al metro una calificación deficiente.
Otro dato crucial de la encuesta reflejó que los retrasos del metro están afectando a aquellos a vecindarios localizados en códigos postales de bajos ingresos más que los de los barrios más ricos. Por ejemplo, entre los encuestados en las zonas de bajos ingresos, el 24 por ciento informó que se les reprendió en el trabajo debido a los retrasos en el metro, en comparación con sólo el 10 por ciento entre los que viven en áreas de ingresos más altos.
En general, el 42 por ciento de los encuestados de las zonas de menores ingresos experimentó retrasos significativos “Siempre” o “Más de la mitad del tiempo”, en comparación con el 34 por ciento de los de los códigos postales de mayor renta.
El servicio difiere entre condados
Estas disparidades en el servicio también fueron evidentes de acuerdo a los condados. Los residentes fuera de Manhattan reportaron un servicio mucho peor, un 68 por ciento de los encuestados de El Bronx calificaron el servicio de metro con una “D” o “F”, comparado con el 41 por ciento de los residentes de Queens, el 37 por ciento de los residentes de Brooklyn y el 21 por ciento de Manhattan.En El Bronx, el 54 por ciento de los encuestados experimentó retrasos “Más de la mitad del tiempo o “Siempre”, en comparación con el 45 por ciento de los residentes de Queens, el 40 por ciento de Brooklyn y el 25 por ciento de los residentes de Manhattan.
Cuando se les preguntó si el metro había mejorado desde el pasado a la fecha, el 46 por ciento de los encuestados dijo que el servicio era “Ligeramente” o “mucho peor” de lo que era en este momento el año pasado. El 58 por ciento de los residentes de El Bronx reportaron que el servicio de metro era “mucho peor” o “ligeramente peor” que el año pasado, en comparación con el 42 por ciento de los residentes de Manhattan.
Además destacó finalmente la encuesta que, si bien los avisos en el metro están destinados a aclarar las causas de los retrasos y cuando procede a proporcionar información sobre rutas alternativas, la mayoría de los usuarios no los encuentran útiles. Casi el 85 por ciento de los encuestados calificó estos anuncios como “C” o una calificación menor.........Fuente:eldiariony.com/Por:David Ramirez
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