Por: Chantal VALERY/http://elnacional.com.do
BASE NAVAL DE LA BAHïA DE GUANTãNAMO, Cuba. AFP. El cierre de la
“infame” prisión de Guantánamo es más que nunca una prioridad de la Casa
Blanca, pero el inextricable rompecabezas al que se enfrenta el
presidente estadounidense, Barack Obama, parece posponer esta acción
indefinidamente.
Esta semana, Obama retiró su promesa de campaña de cerrar la prisión,
erigida en un enclave cubano por su predecesor George W. Bush, a raíz
de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Obama expresó su “total
apoyo” a los emisarios encargados de “facilitar” la repatriación de los
detenidos en Guantánamo. Además, de exhortar al Congreso a “levantar
las restricciones sobre las transferencias de los detenidos que limitan
significativamente nuestra capacidad de reducir de manera responsable la
población carcelaria y al final de cuentas de cerrar” los campos de
detención.
Pero, 12 años después de su apertura, la desprestigiada cárcel,
calificada de “infame”, “agujero negro” o “sucia prisión” tiene aún a
164 hombres entre sus paredes.
La gran mayoría nunca ha sido acusado ni juzgado y permanece detenido de
manera “indefinida” bajo simples sospechas de terrorismo jamás
probadas.
“Jamás he imaginado verla cerrada”, explicó a la AFP el abogado David Remes, quien defiende a 15 prisioneros.
“No es una cuestión de filosofía, pero los detenidos no pueden ser
simplemente transferidos por razones prácticas”. Esas razones tienen que
ver con que el Congreso de Estados Unidos prohibió que los hombres de
Guantánamo sean transferidos a ese país, incluso si son requeridos por
la justicia.
Encontrar en esa situación un país que los acepte representa un
desafío cuando el país de origen del preso presenta riesgos de tortura o
por el contrario de reincidencia. ”¿Qué hacer con los detenidos de
Guantánamo, cuando no los podemos ni juzgar ni transferir, ni ponerlos
en libertad?”, afirma el general Mark Martins, fiscal en jefe de la
prisión en una entrevista con la AFP.
No es parque diversión
“Este es un ejemplo de lo que sucede cuando la política se involucra
en los asuntos que simplemente caben dentro de la ley y la seguridad
nacional”, dijo recientemente el ministro de Justicia, Eric Holder,
lamentando que las audiencias del 11 de septiembre se lleven a cabo en
Guantánamo y no en Manhattan, como lo había reclamado.
El portavoz del Pentágono, Todd Breasseale, fue más allá, y aseguró
que la prisión es “muy cara, ineficaz y funciona fuera de los intereses
estadounidenses”. La Casa Blanca habla de un costo de un millón de
dólares por año y por prisionero.
Los gobiernos de Bush y Obama admitieron que 84 detenidos no representan
riesgo para la seguridad de Estados Unidos y podrían ser transferidos.
UN APUNTE
Riesgo
Los gobiernos de Bush y Obama admitieron que 84 detenidos no
representan riesgo para la seguridad de Estados Unidos y podrían ser
transferidos. Entre ellos, 56 yemeníes cuya repatriación estaba, hasta
mayo, bajo moratoria. ”Al 51% de los prisioneros se les ha autorizado
su libertad desde 2007, pero no pueden ir a sus casas, esto es
indignante”, criticó el abogado Clive Stafford Smith, en una entrevista
en Guantánamo.
viernes, 8 de noviembre de 2013
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