miércoles, 2 de abril de 2014

Desaparición de avión podría no resolverse nunca.

KUALA LUMPUR, Malasia/AFP. La investigación para saber qué provocó la desaparición del avión de Malaysia Airlines podría no llegar a conclusiones, mientras tampoco hay certidumbre de que las aeronaves que buscan sus rastros encuentren algo, dijeron autoridades el miércoles.
La evaluación de autoridades malasias y australianas subraya la falta de información sobre lo que sucedió con el vuelo MH370. También pone de relieve un escenario que cada vez parece más probable: que el destino del Boeing 777 y las 239 personas que llevaba a bordo jamás se conozca y permanezca en el misterio para siempre.
El avión desapareció el 8 de marzo cuando viajaba de Beijing a Kuala Lumpur luego de que sus trasponedores, que hacen a la nave visible en los radares comerciales, fueron apagados. Radares militares ubicaron al jet poco menos de una hora después al otro lado de la península malasia.
Autoridades dicen que hasta ese momento “los movimientos fueron consistentes con acciones deliberadas tomadas por alguien a bordo del aeroplano” pero no han descartado ningún factor, ni siquiera una falla mecánica.
La policía investiga a los pilotos y la tripulación en busca de cualquier evidencia que sugiera el secuestro o el sabotaje. Los antecedentes de los pasajeros, de los cuales dos tercios eran chinos, han sido revisados por investigadores nacionales e internacionales y no se ha encontrada nada sospechoso.
“Las investigaciones pueden seguir y seguir. Tenemos que aclarar cualquier aspecto, por pequeño que sea”, dijo el inspector general Khalid Abu Bakar a periodistas en Kuala Lumpur.
“Al final de las investigaciones quizá no conozcamos la causa real de lo que pasó. Tal vez ni siquiera conozcamos la razón de este incidente”. La policía investiga la carga y la comida que se sirvió a bordo del avión para eliminar la posibilidad de que pasajeros o tripulación hubieran sido envenenados.
La búsqueda del avión comenzó en el Golfo de Tailandia y el mar del Sur de China, donde se emitió la última comunicación, y luego se trasladó al oeste, al Estrecho de Malaca, donde fue visto por última vez en un radar militar.
Expertos han analizado los “saludos” entre el satélite y la nave y ahora creen que se estrelló en algún punto del océano Índico. La operación de rastreo ahí comenzó hace dos semanas y ahora participan en ella al menos nueve aviones y nueve barcos.
El área de búsqueda actual mide unos 85.000 kilómetros cuadrados (221.00 millas) en una franja marítima que se encuentra a unas 2,5 horas de vuelo de Perth, Australia.
El foco de la búsqueda se ha modificado varias veces a medida que los expertos tratan de calcular donde es más posible que el avión haya caído basado en cálculos sobre su altitud, velocidad y combustible consumido. Las corrientes del área también son estudiadas para ver si es posible que los restos hubieran ido a la deriva.
Angus Houston, jefe de la agencia que coordina la búsqueda multinacional desde Australia, dijo que no se ha establecido un marco temporal para la búsqueda pero que se necesitará un nuevo enfoque si la operación no da resultados.
“Con el tiempo, si no encontramos nada en la superficie, tendremos qué pensar en lo siguiente porque eso es vital para las familias y para los gobiernos que participan en la búsqueda” dijo a una estación de radio australiana.
Sin más información que indique dónde cayó el avión, encontrar restos para reducir la zona donde se busca es clave, así como localizar las grabadoras del vuelo que darán datos sobre las condiciones en que volaba el avión y posiblemente las comunicaciones o sonidos dentro de la cabina.
Malasia ha recibido críticas de los familiares de los pasajeros chinos, quienes se quejan de no haber recibido suficiente información o incluso de mentir sobre lo que se sabe de los últimos movimientos dentro del avión. Algunos permanecen en hoteles de Beijing y Kuala Lumpur, a expensas de Malaysia Airlines.
El miércoles funcionarios organizaron una sesión informativa a puertas cerradas en Malasia para las familias en la que participaron expertos y autoridades que participan en la búsqueda. También se transmitió por videoconferencia a los familiares que se encuentran en Beijing. Varios de ellos, entrevistados al final del encuentro, dijeron que no estaban satisfechos.
“El hecho es que no nos dan ninguna información convincente”, dijo Steve Wang, representante de varias familias chinas en Beijing.
“Ellos dicen que hay muchas posibilidades pero están juzgando basados en sólo una de ellas”. Autoridades malasias han dado versiones contradictorias durante las últimas tres semanas y sostienen que hacen su mejor esfuerzo en una situación sin precedentes. También aseguran que desean lo mismo que las familias, localizar al avión tan pronto como sea posible.

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