NUEVA YORK/Elnuevodiario._ Decenas de dominicanos y
dominicanas residentes en el Alto Manhattan, despidieron ayer miércoles
los restos de la joven Samantha Bermúdez, quien había desaparecido de su
hogar en diciembre del 2011 y cuyo cadáver apareció putrefacto en una
casa de Queens, junto al de un hombre identificado como Devendra Auntar,
quien se ahorcó dejando una nota en la que decía “me voy al infierno
por lo que hice”. Las escenas de dolor, especialmente las de Evelyn
Núñez, madre de la víctima eran desgarradoras, mientras tíos y primos de
la occisa se consolaban entre sí y exigían justicia a las autoridades.
El Departamento de Policía dijo ayer mismo que el
caso sigue en investigación y los portavoces de prensa no dieron más
detalles ni dijeron si ha habido arrestos en conexión con el asesinato
de la joven dominicana que fue acuchillada 22 veces, descuartizada y sus
restos metidos en una caja plástica que el homicida escondió en el
ático de la casa situada en el 97-26 de Van Wiyck Expressway en el
sector Jamaica (Queens), próximo al aeropuerto Kennedy.
La madre de Samantha la buscó intensamente desde
el 7 de diciembre del año pasado y se dedicó a repartir volantes por
todas partes de la ciudad, con la esperanza de encontrarla viva.
Los asistentes al velatorio, celebrado entre 3:00
de la tarde y 9:00 de la noche en la Funeraria Rivera de la calle 173 y
avenida Saint Nicholas en el Alto Manhattan, vestían camisetas blancas
con la foto de Samantha y con la inscripción “Descansa en el Paraíso”.
Un altar fue también improvisado frente al
edificio donde vivía la víctima. La señora Núñez acusó al detective
encargado de las investigaciones de “negligencia”, diciendo que si no
hubiera sido por eso, su hija todavía estuviera viva.
Explicó que en la Oficina del Médico Forense le
dijeron que Samantha fue asesinada cuatro o seis semanas, antes de que
su cuerpo descompuesto fuera hallado cuando un policía hermano de Autar,
el ahorcado, hizo el macabro hallazgo luego de haber ido a la
residencia a recoger pertenencias del suicida.
La madre dominicana, en medio del dolor y los
llantos acusó directamente al detective Bonano de origen italiano de no
haber hecho su trabajo en la búsqueda de su hija.
“Nunca tuvo la cortesía de hablar con nosotros
para preguntarnos o buscar informaciones. No nos llamaba y cuando íbamos
a buscarlo al cuartel, nunca estaba en su oficina”, agregó la madre.
Dijo que los dos meses en que estuvo buscando a
Samantha, fueron perdidos. “Ella se hubiera salvado si él (el detective)
hubiese hecho el trabajo”, insistió.
El cadáver de la joven fue encontrado el 4 de
agosto. La madre y otros familiares la recordaron como “una muchacha
maravillosa” que soñaba en convertirse en chef de cocina.
“Era maravillosa y muy amorosa”, dijo el padre de
Samantha, Daniel Bermúdez de 43 años de edad. “Es mi hija, mi niña”,
expresó con los ojos mojados por las lágrimas.
“Ella quería ir a una escuela de cocina, ese era
su gran sueño, le gustaba cocinar de todo, hasta comida española”,
relató el procreador de la joven asesinada. “No se mereció que la
asesinaran de esa manera y metieran su cuerpo en una caja plástica por
tanto tiempo”, dijo.
Las autoridades dijeron que Samantha asistió a la
escuela Lorge que tiene un programa especial para estudiantes con
problemas emocionales y de aprendizaje y estuvo allí durante tres años.
Shawn Bradley, decano de estudiantes en la escuela
la describió como una muchacha afable, inquieta y que siempre construía
amistades. “Era una joven maravillosa y muy vivaz. Es triste que esa
tragedia ocurriera”, añadió el educador.
Una fuente policial sostuvo que el posible asesino
de la dominicana, Auntar de 32 años, se colgó de una viga de la casa,
después que asesinó a Samantha.
Los investigadores no han esclarecido cómo ni
donde se conocieron Samantha y Auntar ni el tipo de relación que tenían.
Carmen Prieto, una tía de la víctima dijo que nadie en la familia
conocía de esa relación si la hubo. “Estamos estupefactos”.
Samantha salió de su casa supuestamente a un
refugio en Queens, luego de haber estado en un albergue denominado
“Covenant Houses” situado en la calle 41 en Manhattan, informaron sus
familiares.
La policía, añadió la señora Prieto esperaron dos
meses para presentar un informe sobre la desaparición de la joven. El
cadáver fue encontrado a comienzos de agosto, pero identificado el
martes de la semana pasada.
La víctima residía en la calle 161 Oeste y sus
restos serán sepultados hoy jueves en el cementerio de Maple Grove de
Hackensack (New Jersey).
Autor: Miguel Cruz Tejada
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