jueves, 13 de enero de 2011

Intenta recuperar a sus hijos.

Cándida Portugués/EDLP

QueensSandra Inga, que el pasado 6 de enero dio a luz a su hija Emily, no puede mantener una conversación sin llorar.

Si la historia es como la cuenta tiene razones para ello porque desde el 10 de enero no puede acercarse a sus cuatro hijos debido a una orden de protección que emitió la corte de familia de Queens.

Todo comenzó el 13 de septiembre cuando tomó a su hija Diana, de 9 años, por la muñeca y el brazo y se le quedaron las marcas. "En la escuela le vieron las marcas y dijo que le había pegado con la correa y con la chancleta, pero eso no lo acepto porque eso yo no lo hice", dijo Inga sobre la niña, producto de una relación anterior y que asiste a una escuela especial.

Inga reconoce que la niña tenía como unas 20 marcas por todo el cuerpo, pero lo atribuye a que "tiene una piel muy delicada y enseguida la salen moretones y ella juega muy pesado con sus hermanos". Sin embargo, no le creen.

"Cuando llegué [embarazada de cinco meses] para ver qué pasaba, me llevaron a la cárcel y me tuvieron hasta el día siguiente", dijo Inga, de 30 años.

La Agencia de Protección de los Niños (ACS) junto con la corte de familia pusieron a Diana con una familia de crianza y a Jessica, 6 y Christopher, 5 a cargo de su padre Luis Quispi, obligando a Inga a irse del apartamento y alquilar un cuarto, permitiéndole visitarles durante el día y a Diana un día a la semana.

La mujer asegura que cada vez que vé a su hija, ésta le pide perdón por lo sucedido.

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