miércoles, 12 de enero de 2011

De César Cedeño a Simón: peloteros “juegan” con fuego .


Alex Rodríguez
Santo Domingo

Alfredo Simón es el último de una serie de jugadores de Grandes Ligas que ven su nombre involucrado en sucesos que terminan con la vida de un ser humano.

Aunque no es un fenómeno exclusivo de los peloteros, en los últimos años se ha observado una tendencia peligrosa que une a estos agraciados atletas del béisbol con las tragedias en las que se blanden armas de fuego.

El porcentaje es bajo, pero dentro de la ola de violencia que afecta al país, los nombres de ellos sobresalen por su trascendencia pública.


Simón, Ambiorix Burgos, Ángel Villalona y Juan Uribe –ninguno con grandes actuaciones en las Ligas Mayores con excepción tal vez de Uribe– han sido los protagonistas de hechos que –como sus hazañas en el terreno de juego tornan orgullosos a sus compatriotas– han provocado la repulsa, la censura y, en muchos casos hasta la pena.

El antecedente mayor
El año fue 1973 cuando César Cedeño fue declarado culpable de homicidio involuntario y multado con 100 pesos por la muerte de una mujer, Altagracia Malena de la Cruz, que lo había acompañado a un motel de la ciudad capital.


Las pruebas determinaron que la chica tenía en su poder un arma de fuego cuando se disparó accidentalmente.

De todas maneras, las dudas rodearon al caso que ocupó las primeras planas de los periódicos y dejó muchas preguntas sin respuesta: ¿Por qué él llevó el arma al cuarto de motel? ¿por qué dejó que ella la manejara? Cedeño, un jugador con extraordinarias cualidades para el juego de pelota que lo llevaron a ganarse el apodo de “Super Baby” y se proyectaba con una carrera para llegar al Salón de la Fama, continuó su carrera tras el incidente, pero no alcanzó el estatus pronosticado.

Incluso dejó de participar en el torneo de béisbol profesional con las Estrellas Orientales y abandonó de forma definitiva el país. Se dice que fue afectado, sicológicamente, cuando los fanáticos contrarios le gritaban palabras altisonantes que recordaban el feo incidente en que estuvo envuelto.


Secuestro y homicidio
Burgos, un lanzador derecho, no tuvo una gran presentación en tres años con Kansas City y los Mets en las Grandes Ligas (8-10, 4.60 con 10 salvados). Pero peor fue su actuación como “civil”.

A mediados del año pasado fue acusado de intento de homicidio y secuestro contra su ex esposa Dilenia Reynoso por supuestamente obligarla a salir de la casa de la fiscal de Nagua, Agustina Castillo, y a ingerir un raticida.

Fue enviado a prisión por tres meses, mientras enfrentaría una condena de hasta 30 años de cárcel.

En 2009 fue sentenciado a seis meses de prisión en Nueva York por haber golpeado a una ex novia en un hotel de esa ciudad. Tras cumplir su condena fue deportado hacia la República Dominicana.

En 2008 fue acusado de haber arrollado con una yipeta Hummer a Josefina Minaya Martínez y Angely Faña en un incidente suscitado a la altura del kilómetro cuatro de la carretera Nagua-Cabrera.

La justicia lo exoneró de los cargos, pero fue expulsado de por vida por la liga dominicana de béisbol.


Sospechoso de asesinato
Ángel Villalona, firmado por 2.1 millones por los Gigantes de San Francisco, fue denunciado por la Policía Nacional en septiembre de 2009 como sospechoso por el asesinato de Mario Félix de Jesús Velete en la ciudad de La Romana. El incidente sucedió en una pista de baile de dicha ciudad.

Posteriormente se entregó y enfrentaba una sentencia de 20 años de prisión.

Dos meses después fue puesto en libertad bajo fianza.

La petición por parte de la familia de la víctima para que un juez desestimara el caso provocó su liberación.

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MUERTO Y HERIDO

Simón, un lanzador con una carrera mediocre hasta el momento en las Grandes Ligas, fue enviado de manera preventiva a prisión por un año tras ser acusado de homicidio y lesiones en medio de las celebraciones del Año Nuevo. Michael Castillo, de 25 años, resultó muerto y su hermano Starlin, herido, por balas disparadas supuestamente por Simón durante un altercado en la localidad de Los Salados, Luperón, en Puerto Plata.

Luego de estar escondido durante un par de días, Simón se entregó a la Policía Nacional, mientras proclamaba su inocencia.

Familiares del occiso han denunciado intentos de sobornos y amenazas por parte de Simón, pero estos alegatos no han sido demostrados.

LIBRE DE CARGOS
Uribe se salvó “en tablitas” al ser liberado de los cargos de intento de asesinato que pesaron sobre él en octubre de 2006. Los querellantes retiraron los cargos y reconocieron que no estuvo involucrado en el incidente en el que resultó herido de bala en el codo derecho, el campesino Antonio González en San Cristóbal.

Circularon versiones de que Uribe pagó un monto de dinero para resolver el caso fuera de la corte.

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