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La espectacularidad con que se produjeron varios asesinatos cometidos por sicarios del narcotráfico, principalmente entre los implicados en la red de José Figueroa Agosto, causaron una sensación de inseguridad y zozobra durante varios meses del año que transcurre. Los crímenes se sucedían cronológicamente, mientras decenas de agentes policiales y militares eran señalados como presuntos responsables de otros crímenes y hechos de violencia. La contundencia con que actuaron las autoridades al develar varios de los grandes casos, disminuyeron la angustia y devolvieron un poco la fe perdida.
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LOS SICARIOS DEL NARCOTRÁFICO
El asesinato del empresario, Rubén Soto Hayet, fue el más espectacular de los grandes crímenes cometidos por sicarios del bajo mundo de las drogas, ocurridos durante el año 2010. Soto Hayet, quien mantenía una vieja relación con el también asesinado coronel José A. González, presunto espaldero del narcotraficante boricua, José A. Figueroa Agosto, fue ejecutado de tres disparos en la cabeza la tarde de 13 de mayo al llegar al parqueo de su negocio La Francesa, de la Abraham Lincoln. Dos empleados del centro comercial murieron en el atentado al intentar socorrer al comerciante.
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ATENTADO DE JORDI SACUDIÓ A SANTIAGO
El atentado criminal contra el reconocido abogado y comunicador de Santiago, Jordi Veras Rodríguez, por parte de dos sicarios pagados por un empresario desde la cárcel, provocó una gran perturbación del ánimo público en el país, no sólo por la importancia del personaje, sino por las sucesivas muertes vinculadas al mundo del crimen organizado en la segunda ciudad de importancia del país. El jurista salvó milagrosamente la vida pese a que una bala le penetró en la cabeza y le afectó el ojo izquierdo.
Cuatro meses después, las autoridades apresaron a los responsables del atentado, ocurrido a primeras horas de la mañana en el parqueo del Canal 25, donde Veras Rodríguez produce un programa de televisión.
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MUERTES DE POLICÍAS AUMENTÓ VIOLENCIA
La ejecución de tres agentes policiales en el mismo frente del cuartel donde ofrecían servicios en Los Girasoles, de la capital, fue otro de los hechos sangrientos que provocaron este año 2010 inseguridad y consternación. Los informes oficiales, no del todo claros, señalan que una patrulla integrada por cuatro agentes fue emboscados por delincuentes la madrugada de 11 de septiembre. Murieron el primer teniente Mártires Pérez Díaz y los cabos Roberto Otaño Medina y José Arturo Ogando Ramírez; y el sargento Alejandro Alcántara Mateo quedó mal herido. Curiosamente los cuatro policías eran del mismo pueblo, Las Matas de Farfán, y ni siquiera sacaron sus armas cuando fueron atacados por sus victimarios con quienes conversaban.
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MÉDICO ASESINADO CUANDO CAMINABA
El 3 agosto fue un día de comentarios siniestros y sobrecogedoras interrogantes. El fisiatra Sergio Rafael Rojas Soriano fue asesinado por cuatro individuos en los alrededores del Jardín Botánico. Ni el robo, ni venganza familiar, ni los celos, ni los malos negocios fueron el móvil del crimen. Ni siquiera registraron el cadáver. Se acercaron y sencillamente dispararon. Por este hecho, la Policía reportó que fue muerto en un enfrentamiento a tiros con una patrulla de esa institución una de las tres personas que perseguían por la muerte del médico. Junior Tontón Santiago (Salivita), fue muerto a tiros en las proximidades de una cabaña ubicada en la calle Ortega y Gasset, de Cristo Rey, donde además fue detenido un tercer hombre que le acompañaba.
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SANGRE EN LAS CALLES DESDE ENERO
Los asesinatos del sicariato del narcotráfico y el crimen organizado se registraron desde el mismo mes de enero, siendo el comerciante Ramón Omar Lantigua, el primero de los muertos.
Prófugo por sus vínculos con la red de José A. Figueroa Agosto y el decomiso de 278 kilos de cocaína en el parqueo de José Gabriel Arias Castillo (Alex el pelotero), Lantigua fue ejecutado por un sicario a sueldo próximo al parqueo del supermercado Carrefour. Dos meses después, el 28 de marzo, “Alex el pelotero” fue también asesinado en la cárcel de La Victoria.
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ASESINATO ALARMÓ AL ENSANCHE NACO
El 29 de octubre, un nuevo asesinato cometido por sicarios sobrecogió el exclusivo vecindario de Naco. Los asesinos, con una pistola 45, descerrejaron de dos balazos la cabeza del ingeniero civil Rafael Humberto Pérez Saviñón, de 79 años, cuando éste estacionaba su vehículo frente a su apartamento de la calle respaldo Rafael Augusto Sánchez. El crimen causó mayor conmoción, porque en el mismo lugar, el 24 de diciembre de 2009, fue asesinado de la misma forma su hijo mayor Víctor Pérez Duvergé. Ambos crímenes siguen sin resolverse.
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MUERTES SUPERARON A LAS DEL 2009
Durante todo el año 2010 en casi todo el territorio nacional se produjeron crímenes cometidos por sicarios y por pandilleros callejeros que se dedican al tráfico de drogas y al cobro de deudas. Uno de los más espeluznantes y sobrecogedor ocurrió en el mes de junio en el barrio San Carlos, donde fue secuestrado Jean Carlos Martínez, un presunto vendedor de drogas que tenía una deuda con su suplidor, según sus familiares. Su cadáver fue encontrado con las manos y el pene cercenados, con 11 balazos en la cabeza y en el abdomen. Le sacaron las cejas con una cuchilla y le infirieron horribles torturas. Lo irreparable es que este crimen ni siquiera ha sido investigado.
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JUEVES SANGRIENTO EN HERRERA
El 23 de septiembre fue bautizado como “jueves sangriento en Herrera” por algunos medios de prensa. En hechos separados, ocurridos casi a la misma hora de la mañana, tres presuntos delincuentes fueron muertos a tiros por la Policía, mientras estos hirieron en el pecho al teniente Fidel de León, quien murió días después. Los tiroteos alarmaron al vecindario y los muertos se sumaron a otros tres presuntos delincuentes muertos por agentes en servicio en Los Alcarrizos, resultado de la persecución del grupo de delincuentes que supuestamente abatió a los tres policías en Los Girasoles. Los últimos 20 días de septiembre murieron 14 personas en “acciones legales” de la Policía.
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SILENCIAN A TESTIGOS Y DECAPITAN A JÓVENES
Los asesinatos de dos testigos en Higüey, la decapitación de dos jóvenes en una zona rural de San Cristóbal, y la muerte de tres jóvenes de Baní por “malos negocios” de drogas, se sumaron a los hechos sangrientos que contribuyeron con el auge de la violencia y la inseguridad durante el año que transcurre. Más de 170 personas fueron ejecutadas por sicarios y en disputas por drogas de enero a septiembre, según cifras policiales. La madrugada del sábado 12 de septiembre fueron descubiertos los cuerpos decapitados de Douglas Figuereo Ferreiras, de 18 años, y Vladimir Paulino Consuegra, también de 18. Sus cabezas fueron quemadas y lanzadas a más de 400 metros de los cuerpos en una zona rural de San Cristóbal, mientras que en Higüey fueron ejecutados el alcalde del Batey Maguá, Juan Emilio, de 53 años; Julito Telemaco Yan, de 26 años, tras asistir como testigos a un juicio por narcotráfico. En Baní fue asesinado el joven Ramón Alexander González, luego de ser secuestrado por una deuda de drogas que tenía un hermano.
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CAMPAÑA: “POLICÍA NO ME MATES”
La muerte del estudiante universitario Abraham Ramos Morel, ocurrida el 27 de junio, a manos de dos agentes policiales que le dispararon a matar porque desobedeció una orden de alto en una zona oscura provocó una campaña nacional que afectó aún más la imagen de la Policía, con el eslogan “Policía no me mates”.
El joven, tras celebrar su cumpleaños 23 viajaba con su padre. Las opiniones que generó este hecho provocaron que la Jefatura de la Policía publicara un nuevo instructivo para las patrullas policiales. No obstante, la violencia y la criminalidad continuaron cobrando vidas de distintas formas y modalidades, siendo los intercambios de disparos una de sus principales fuentes. Desde enero hasta noviembre, el promedio mensual de homicidios se mantuvo entre 87 y 90.
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