sábado, 9 de octubre de 2010

Nueva York vuelve a arremeter contra las bebidas azucaradas.


NUEVA YORK.- Esta ciudad expandió su campaña contra la obesidad al proponer la prohibición del uso de vales de comida para comprar bebidas azucaradas, una medida que la industria de refrescos calificó como otro intento del Gobierno por decirle a las personas cómo deben comportarse.


El alcalde de la ciudad de Nueva York, Michael Bloomberg, y el Gobernador del estado, David Paterson, pidieron al Gobierno estadounidense que prohíba la compra de gaseosas y jugos azucarados con vales de comida.

Estos vales o cupones federales son utilizados por 42 millones de estadounidenses de bajos ingresos para adquirir alimentos.

Según los funcionarios, las bebidas azucaradas son el mayor contribuyente a la epidemia de obesidad.

"Esto es muy simple. No se trata de una enfermedad como el cáncer (que) no sabemos cómo curar. Esto sabemos cómo curarlo: dejando de consumir calorías adicionales", dijo Bloomberg en conferencia de prensa.

"No hay nada malo con una (bebida azucarada) ocasional. Pero los niños están tomando cantidades enormes de refrescos llenos de azúcar y tendrían que cambiar a bebidas dietéticas. Por lo que la próxima vez que una de las empresas se queje, lo siento. Las vidas de nuestros niños son más importantes que cuaquier otra cosa", dijo Bloomberg.

El alcalde ha empleado su poder en la ciudad para promover otras medidas de salud, como una campaña para reducir el consumo de sal y una prohibición sobre las grasas trans en los restaurantes, además del requerimiento de que las cadenas de comida detallen las calorías de los alimentos que venden.

En el 2003, Nueva York prohibió fumar en bares y restaurantes, lo que generó muchas protestas entonces porque fumadores y no fumadores lo consideraban un caso de intromisión del Gobierno en la vida privada, pero la ley ya se ha aceptado ampliamente.

La Asociación Estadounidense de Bebidas, una entidad comercial, criticó la propuesta como "simplemente otro intento del Gobierno de decirle a los neoyorquinos lo que deben comer y beber, y sólo tendrá un impacto injusto sobre aquellos que menos pueden pagarlo".

Casi el 40 por ciento de los niños de escuelas públicas de Nueva York son obesos, mientras que las tasas de obesidad rondan el 30 por ciento en los hogares más pobres, comparado con el 17 por ciento en las casas de familias más adineradas, señalaron en un comunicado conjunto la ciudad y el estado.

Las enfermedades vinculadas con la obesidad cuestan al estado aproximadamente 8.000 millones de dólares anuales, según el escrito. Cerca de 1,7 millones de residentes de Nueva York y 2,9 millones de habitantes del estado en general reciben el beneficio de los vales de comida.

Esos cupones no pueden usarse para comprar otras sustancias perjudiciales para la salud como el alcohol y el tabaco.

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos, que administra el programa que entrega los vales, expresó en un comunicado que "revisará y considerará" la propuesta de Nueva York.

No hay comentarios: