martes, 6 de julio de 2010

Una gaviota choca contra un avión y retrasa un día un vuelo a Nueva York


MANISES, España.- Nunca creyeron que la distancia entre Valencia y Nueva York iba a ser de más de 24 horas. Con más de un día de demora llegaron a su destino los pasajeros del vuelo DL199 que salió del aeropuerto de Manises el pasado domingo alrededor de las 10.20 horas. Por fin llegaban a la ciudad de los rascacielos después de verse obligados a pernoctar en Madrid a la espera de poder retomar su viaje.

Todo sucedió cuando, tras salir del aeropuerto de Manises, el piloto del Boeing 727 se vio obligado a desviar su trayectoria inicial y aterrizar de manera inesperada casi una hora después de su despegue, en la base aérea de Barajas. Un pájaro había chocado contra el aparato y no era seguro seguir volando sin revisar la aeronave.

Había que garantizar de que no se habían producido daños y no existía ningún peligro ni para los pasajeros ni tampoco para la tripulación.


Desde Delta Air Lines, la compañía aérea, aseguraron a LAS PROVINCIAS que «lo primordial para la empresa es la seguridad de nuestros pasajeros y, a pesar de que aterrizó con total normalidad en Madrid, era más seguro hacer esta parada y revisarlo todo».


Desde el aeropuerto de Manises se encuentran a la espera de un informe que debe remitir la propia compañía y que todavía tardará varios días donde se explique lo sucedido, ya que a ellos no les consta que el domingo por la mañana sucediera ningún percance de estas características. «Ni en el aeropuerto, ni en la torre de control ni tampoco el Sistema de Control de Fauna tenemos constancia de que el piloto enviara ningún aviso.

En toda la mañana del domingo no nos constan incidencias», aseguraron fuentes de AENA.


Tal y como publicó LAS PROVINCIAS, las aves carroñeras vuelan a sus anchas alrededor de Fervasa, el cauce del río Túria o por la Albufera. Para trasladarse de un lugar a otro en busca del que será su alimento del día atraviesan las pistas donde de manera continuada aterrizan y despegan decenas de vuelos en el aeropuerto de Manises. Peligro inminente que era necesario erradicar porque se había advertido de su presencia cerca del asfalto.


Es por ello que desde hace ya un tiempo se han tomado importantes medidas de seguridad para evitar que las distintas maniobras de de los aviones se vean interrumpidas por el choque de alguna ave de grandes dimensiones, especialmente gaviotas o garzas, cuyos resultados podrían ser fatales para el avión y el pasaje.


Por ello, varios halcones y otras aves rapaces «patrullan» el recinto aeroportuario valenciano varias veces al día para ahuyentar a las aves que se dirijan hasta él. Igualmente, se han instalado distintos sistemas de sonido con la intención de alejar a los pájaros que se acerquen a las pistas de aterrizaje y despegue.


Toda precaución es poca. La proliferación de las aves por las abundantes lluvias que incluso el pasado fin de semana todavía se dejaron ver -a pesar de que el verano ya ha comenzado su temporada-, es la principal causa de su presencia.


«Falta determinar el momento en el que sucedió el impacto. El avión despegó de Manises sin ningún aviso de incidencia, pudo ocurrir durante el trayecto y nuestras medidas de seguridad no cubren toda la distancia entre ambos aeropuertos, únicamente se encargan del propio recinto», explicaron las mismas fuentes de AENA.

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