martes, 6 de julio de 2010

Anciana vivía con cadáveres.


WYALUSING, Pensilvania/AP — Una viuda de 91 años, residente de una casa en ruinas en una desolada calle pueblerina del noreste estadounidense, vivía sola pero acompañada.

La mujer, aparentemente con ayuda, desenterró los cuerpos embalsamados de su esposo y de su hermana, a pocos días de su muerte, y los llevó a su hogar.

Durante más de una década, Jean Stevens vivió junto al cadáver de su esposo. En el caso de su hermana gemela, lo hizo desde finales del año pasado, hasta que alguien le avisó a la Policía.

“La muerte es algo muy difícil de aceptar para mí”, dijo Stevens al ser entrevistada.

La Policía continúa investigando el caso, en el que aún no se han presentado cargos. Stevens no ha querido revelar quién la ayudó a desenterrar los cuerpos.

Entretanto, Stevens querría reunirse de nuevo con James Stevens, su esposo durante casi 60 años, quien murió en 1999, y June Stevens, la hermana gemela que falleció en octubre pasado. Por ahora, sin embargo, sus cuerpos permanecen en la oficina del forense local, fuera del alcance de la mujer.

Stevens, quien parece más una abuelita que una necrófila, ofrece una explicación algo triste, complicada y hasta un tanto conmovedora.

“Creo que cuando los pones en la (tierra), es un adiós, adiós... De esta manera podía tocarla, verla y hablar con ella... Yo iba y le hablaba y me olvidaba”, dijo Stevens.

Sobre su difunto marido expresó: “Podía verlo, podía observarlo, podía tocarlo. Algunas personas me preguntan: ‘¿Por qué quieres ver a un muerto?’... Bueno, tenía un sentimiento distinto hacia la muerte”.

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