México/EFE — Cinco mil agentes de la Policía Federal de México asumieron desde ayer las labores de seguridad pública en Ciudad Juárez, la urbe más violenta de México, en un intento del Gobierno por ofrecer una estrategia más amplia y participativa con la sociedad contra el crimen y el narcotráfico.
Tras casi un mes de la muerte de dos estadounidenses ligados al consulado de EE.UU. en la ciudad norteña y cerca de cien días después de que 15 estudiantes jóvenes fueran masacrados en una fiesta, el Gobierno restó peso al Ejército en la urbe y puso a sus agentes de nuevo en las calles en el “Operativo Conjunto Chihuahua”.
Dicho operativo fue lanzado en marzo de 2008 con el Ejército como protagonista y la Policía Federal en labores de apoyo, para prevenir la violencia en Chihuahua y con atención especial a Juárez.
La nueva fase de este plan para la ciudad, donde en lo que va de año han muerto 650 personas, está en marcha desde febrero pasado, después de que el Gobierno federal, encabezado por Felipe Calderón, fuera muy cuestionado por la inseguridad que vive esa urbe y optara por dar un giro más social a su estrategia.
“Sin la gente, no podemos dar solución a este problema”, dijo Calderón el día 11 de aquel mes, apuntando a que la participación ciudadana debe existir y tratar de crear mecanismos para superar el miedo a denunciar.
Ayer, el coordinador de la Policía Federal, Facundo Rosas, informó que el Gobierno está “incorporando a amplios sectores de la sociedad” a sus esfuerzos de devolver la tranquilidad a la ciudad.
Esta labor, dijo, incluye “un trabajo sistemático, con indicadores, con metas preestablecidas” del que el Ejecutivo dará cuenta “de manera puntual y cotidiana”.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario