sábado, 3 de abril de 2010

Burocracia aduanera demora ayuda humanitaria para Haití .


JIMANÍ/AP/Listindiario- Mario Polanco mira con tedio la fila de vehículos de carga en la frontera domínico-haitiana mientras por séptimo día consecutivo aguarda bajo la sombra de su propio camión, como muchos otros choferes, que la aduana de Haití le permita ingresar con equipos destinados a las labores humanitarias de la Cruz Roja Internacional. "No sé por qué esta gente se la pone difícil a uno", reniega el conductor dominicano, quien después de viajar 11 horas el 23 de marzo del puerto de Manzanillo, en la costa norte dominicana, al sureño paso fronterizo de Jimaní, no pudo entrar a Haití porque no cumplía todos los requisitos aduanales exigidos por el gobierno haitiano. Según Polanco, una representante de la Cruz Roja en Haití ha venido a diario al paso fronterizo con los documentos, pero el agente aduanal "nos sale todos los días con algo diferente, ahora el número del furgón (contenedor) no coincide con los papeles". Polanco transporta en su camión dos montacargas adquiridos por la Cruz Roja para las labores de reconstrucción tras el devastador terremoto del 12 de enero en Haití, que dejó 222.000 muertos y 1,2 millones de damnificados. Como Polanco, Milkyn Pérez transporta madera, zinc y cemento para la reconstrucción y espera desde la semana pasada a que la representante de la Cruz Roja en Haití concluya los trámites, implementados por el gobierno haitiano desde el 3 de marzo. Ambos choferes forman parte de una caravana de camiones de carga que transportan equipos para la Cruz Roja, como baños móviles e incluso dos ambulancias, y que han permanecido varados en el paso fronterizo entre Jimaní y Malpasse debido a la burocracia aduanera. Los casos se repiten todos los días desde que el gobierno haitiano restableció los trámites aduaneros en la frontera para llevar un control de los cargamentos e impedir que los comerciantes aprovechen la emergencia para introducir contrabando. "Este camión es uno de los culpables de que Haití refuerce constantemente sus controles", indicó a la AP Elder Reyes, logista del Programa Mundial de Alimentos (PMA). El funcionario se refiere a un vehículo de la empresa dominicana Omega Tech que fue confiscado por la aduana haitiana al tratar de introducir un cargamento de computadoras escondido entre ayuda humanitaria. Debido al terremoto, la frontera entre ambos países permaneció mes y medio completamente abierta para permitir el traslado de heridos, de la ayuda humanitaria y de los vehículos de socorristas y organismos internacionales. "Pero ahora debe haber un control, el comercio tiene que pagar impuestos", indicó hace unos días a la AP el primer ministro Jean-Max Bellerive. Recordó que su gobierno trabaja para tratar de alcanzar una mínima seguridad fiscal, ya que el presupuesto público de este año quedó agotado y debido al terremoto los ingresos fiscales se redujeron al 20%. Los trámite en la aduana de Malpasse han demorado, sin embargo, el flujo de la ayuda humanitaria proveniente de República Dominicana, que desde el terremoto se convirtió en el principal corredor para el transporte de las mercancías internacionales destinadas a ayudar a los damnificados y a la reconstrucción de Haití. Con frecuencia, la fila de camiones pesados se alarga por más de dos kilómetros y muchos de ellos deben esperar varios días. Además de que sólo hay un agente y una computadora en la aduana de Malpasse, Haití no cuenta con programas pre-establecidos para agilizar los trámites, explicó Reyes. Bellerive insistió que esas demoras son "normales", ya que "hay mucho transporte en una frontera pequeña que no estaba preparada para eso". Aunque el PMA, encargado del transporte de toda la ayuda de la comunidad humanitaria internacional, mantiene personal permanente en ambos lados de la frontera para cumplir todos los requisitos de la aduana y agilizar los trámites, también ha encontrado inconvenientes. El primer convoy de vehículos nuevos enviado por el PMA desde República Dominicano estuvo retenido al menos un día, mientras que el martes 30 de marzo varios camiones pesados estuvieron varados debido a que la aduana exigía que toda la documentación fuese escaneada y enviada por correo electrónico de Santo Domingo a Puerto Príncipe. "Somos profesionales y eso significa que nos adaptamos a las reglas y leyes del gobierno", indicó en Puerto Príncipe a la AP el coordinador del programa de emergencia del PMA en Haití, Helmut Rauch. El PMA, que ha transportado en más de 800 camiones unas 3.300 toneladas de comida y 23.000 toneladas otros bienes desde República Dominicana, implementó mecanismos para que la carga llegue en 24 horas a Puerto Príncipe, según Peter Casier, coordinador de ese organismo en Santo Domingo. Casier detalló, mientras recibía en Santo Domingo un cargamento de equipos médicos enviados por el gobierno egipcio, que personal del PMA realiza los trámites de la liberación de aduanas en los puertos y aeropuertos dominicanos y envía copias a sus funcionarios en ambos lados de la frontera para que los camiones, que llegan a Jimaní en la noche, puedan ser los primeros en pasar a Haití a la mañana siguiente. Las organizaciones que no usan al PMA para trasladar sus mercancías y que carecen de personal a ambos lados de la frontera enfrentan mayores dificultades y en algunos casos han preferido distribuir su ayuda en el poblado dominicano de Jimaní, cuenta Roselio Díaz, cuyo grupo de ayuda humanitaria "Centro de Formación y Nutrición San José" tiene sede en ese poblado. Jimaní acogió a cientos heridos los días siguientes al terremoto. Darío García, vocero de la organización no gubernamental dominicana Indajoven, que está al frente de tres campos de damnificados en Puerto Príncipe, lamentó que pese a que "disponemos de varias mercancías alimenticias" en Santo Domingo, no las ha podido enviar porque "la aduana ya esta tomando su normalidad y están solicitando justificación con documentos para todo". El organismo humanitario "Save the Children", que cuenta con personal en ambos países, indicó a la AP que debido a las medidas aduaneras "debemos enviar nuestros camiones tan pronto como son cargados". La vocera de esa institución en Haití, Kate Conrandt, aseguró sin embargo que "después de enviar más de 110 cargamentos, sólo hemos experimentado tres atrasos". Además de los registros de las mercancías, la aduana comenzó a cobrar de manera no oficial 1.500 pesos dominicanos (unos 40 dólares) por el cruce de camiones, según los propios choferes y miembros del PMA, y el servicio de migración amenaza con exigir que los transportistas porten pasaporte y visa. "Ninguno de nosotros tiene pasaporte, mucho menos visa" haitiana, dijo indignado José Lorenzo, quien pasó cuatro días en la frontera en espera de concluir los trámites aduanales para ingresar en una caravana de tres camiones de comida destinada a la organización SOS Aldeas Infantiles. Ante la insistencia de un agente haitianos para que presentara su pasaporte, Lorenzo le dijo: "aquí está mi visa" y le entregó 150 pesos (unos cinco dólares). El camionero fue autorizado a pasar.

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