lunes, 5 de octubre de 2009

Miles de personas asisten al velatorio de Mercedes Sosa


BUENOS AIRES — Es interminable la fila que por estos momentos decora el imponente congreso de la Nación argentina. Argentinos de todas las edades, con lágrimas en los ojos y rosas en las manos, dan su último adiós a la “Negra”, a Mercedes Sosa, en el Salón de los Pasos perdidos del palacio legislativo, donde tiene lugar la capilla ardiente.

El Poder Ejecutivo encabezado por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, decretó duelo nacional hasta el lunes, y para mañana, asueto administrativo según se dijo en el Canal 7, la Televisión Pública.

Mercedes Sosa nació hace 74 años en la provincia de Tucumán, justo un 9 de julio, Día de la Independencia de Argentina, firmada en la misma ciudad en la que nació esta descendiente de aborígenes y franceses. Ubicarla en un género musical, si bien sería acertado, le haría poca justicia. Como referente ineludible del folclore argentino, probablemente haya sido la mejor interprete de este género; sin embargo, pasará a la historia como la voz que inmortalizó grandes himnos con un hondo sentido para todos los latinoamericanos.

De la chilena Violeta Parra cantaba la gran “Gracias a la Vida”, bellísima canción que, memorando su voz, vale recordar: “Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me ha dado la risa y me ha dado el llanto. Así yo distingo dicha de quebranto, los dos materiales que forman mi canto, y el canto de ustedes que es el mismo canto y el canto de todos, que es mi propio canto”.

El canto de Mercedes Sosa era el canto de un pueblo latinoamericano que con dicha y quebranto llegó a finales del siglo XX sin las dictaduras militares que contuvieron su desarrollo democrático especialmente durante la década del ‘70. La “Negra” tuvo que exiliarse a Europa, pero regresó en el 1982 para vivir y cantar lo que escribía María Elena Walsh en "La Cigarra"

“Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
Sin embargo estoy aquí resucitando.
Pero si estoy a la desgracia
y la mano con puñal
por qué mató tan mal,
y seguí cantando”.

Del Coliseo al Teatro Colón. Con Pavarotti o Sting. En el Carneggie Hall o ante el mismo Papa … La trayectoria de Mercedes Sosa ha conocido numerosos reconocimientos reservados sólo para los grandes de la música mundial. Sin embargo, ha estado siempre rodeada de sus amigos de toda la vida, especialmente los músicos, como Víctor Heredia o León Gieco, con quienes ha ofrecido algunos de los mejores dúos del repertorio musical argentino. “Sólo le pido a Dios”, el himno de Gieco contra la Guerra, ha sido interpretado por incontables cantores, pero cabría preguntarse si ha sido lograda alguna vez una versión con tanta emotividad como la de la Negra. O “Dale Alegría a mi corazón”, de Fito Páez, que confirmó que la “Negra” también transmitía esperanza con su voz.

La Negra, como la definió en los últimos días el legendario músico de Rock Charly García, uno de sus entrañables amigos, era también una estrella de Rock. Sin embargo, también supo de Tango y ha tenido destacables participaciones en singulares obras, entre las que se destaca la Misa Críolla de Ariel Ramírez, donde dio vida con su voz a una exultante versión del Gloria y a una cautivante versión del Cordero, entre otras canciones.

Detrás del género cantado, todos ellos con inaudita solidez, siempre se escuchó a un cantante que sentía lo que cantaba y comunicaba lo que otros ponían en letras aumentando la consistencia de la composición. Por ello, porque además de todo las canciones que escogía interpretar solían traducir los deseos más íntimos de los latinoamericanos, es que Argentina despide con honores hoy, la eterna voz que sonará en América por siempre.

Solo le pido a Dios

Escuche la canción "Solo le pido a Dios", interpretada por Mercedes Sosa, dando click aqui:

http://www.youtube.com/watch?v=SIrot1Flczg

VIDEO

Mercedes Sosa interpreta la canción Gracias a la Vida, de Violeta Parra:
http://www.youtube.com/watch?v=WyOJ-A5iv5I&feature=related

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