miércoles, 2 de septiembre de 2009

Sobreviviendo de los desechos.


Nueva York/Annie Correal/edlp — Cuando Marcos Ramírez llegó de Puebla, México, hace 5 años, soñaba con trabajar y tener una casa. “Soñé con muchas cosas, como cualquier humano”, dijo. Hoy, el mexicano duerme en la calle y sobrevive recogiendo latas y botellas de los botes de basura. “Tuve problemas de trabajo y sin trabajo, ando haciendo esto”, explicó Ramírez, quien perdió su empleo en la cocina de un restaurante dominicano hace tres meses.
Por la escasez de trabajo, cientos de inmigrantes hispanos en Nueva York se encuentran obligados a recoger basura, latas y botellas de vidrio y plástico por las cuales reciben 5 centavos en los centros de reciclaje. A diario, trabajan más de ocho horas para recoger las 200 botellas por las que ganan $10 para la comida.
Es sucio y peligroso, quienes lo hacen se mojan de líquidos y se cortan las manos, pero el trabajo de estos recogedores es uno de los pocos oficios que no ha sido afectado por la crisis económica. “Esto es el dinero botado en la calle. Si en cada esquina o a medio bloque te agachas, encuentras 5 centavos, da resultados”, asegura Alexis, un cubano de 54 años que llegó a los Estados Unidos durante el éxodo Mariel en 1980.
Algunos recogedores de botellas y latas de Brooklyn se reúnen varias veces al día en la esquina de la calle Pacific y la Avenida Grand, para entregar sus botellas y latas en la compañía DRC Corp., que las clasifica y las traslada a las compañías de bebidas para su reciclaje, según el gerente Grigory Avetisov. La compañía le paga a los recogedores por cada botella o lata que le entrega pero a su vez les cobra 20 centavos por cada 24 botellas que llevan o aproximadamente el 16% de sus ganancias.

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