México/EFE — La celebración del Día de la Independencia en México se vio empañada ayer por el asesinato de 24 personas en Ciudad Juárez, diez de ellas en una clínica para adictos, solo dos semanas después de que otras 18 murieran en un ataque similar a otro centro de rehabilitación.
Los festejos por el 199 Aniversario de la Independencia comenzaron ayer por la noche con la tradicional ceremonia del Grito, un evento que rememora el llamamiento del cura Miguel Hidalgo a la insurrección en la madrugada del 16 de septiembre y que se reproduce en todas las plazas públicas del país.
La cita estuvo rodeada este año de fuertes medidas de seguridad ante el temor de que se produjeran atentados como el registrado hace doce meses en Morelia, capital del estado occidental de Michoacán.
En esa población, de la que es oriundo el presidente Felipe Calderón, supuestamente un grupo de sicarios de Los Zetas, brazo armado del cártel del Golfo, arrojó dos granadas contra los ciudadanos que celebraban la fiesta en el centro de la localidad.
Ocho personas murieron y más de un centenar resultaron heridas en lo que ha sido considerado el mayor atentado indiscriminado contra la población civil por parte del narcotráfico.
Cuando todo parecía indicar que la normalidad regresaba a la fiesta patria, la violencia de las mafias criminales volvió a golpear, esta vez con varios crímenes brutales en Ciudad Juárez, en el estado norteño de Chihuahua.
Según diversos testigos, un grupo de sicarios armado con fusiles automáticos ingresó en el centro de rehabilitación de adictos "Centro de Vida", en la colonia el Papalote, y asesinó a tiros a nueve hombres y una mujer, mientras la población festejaba la Independencia del país en otras zonas de la ciudad.
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