miércoles, 16 de septiembre de 2009

Critican proyecto prohibiría fumar en los parques de NY


NUEVA YORK.- El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, se ha ganado airadas críticas por parte de los fumadores de la ciudad, que creen que su intención de prohibir el tabaco en parques, playas y todo tipo de espacios públicos raya en lo ridículo.

"Esto es absurdo. Bloomberg se cree que es la madre de todos nosotros y que, para cuidarnos, nos tiene que imponer normas constantemente", aseguró hoy a Efe Christian Lisa, un fumador neoyorquino que como muchos otros considera que los límites impuestos al tabaco y sus elevados precios en la ciudad son ya excesivos.

Desde 2003 en Nueva York no se puede fumar en restaurantes y bares, lo que incluso afecta muy a menudo a las terrazas de los establecimientos y a las zonas de la calle cercanas a sus puertas.

"Como fumadora la medida me parece desproporcionada, aunque no me sorprende en absoluto. Además, me parece bien que las autoridades promuevan hábitos saludables entre la población", añadió a Efe María José Gámez, una española que vive desde hace años en Nueva York.

El anuncio el lunes por parte del responsable municipal de Salud, Thomas Farley, de que Bloomberg se propuso que los más de 1.700 parques públicos de Nueva York y sus siete playas queden libres de humo, es el gran debate hoy en blogs y medios locales.

"Es absurdo. Esto está llegando a un punto en el que no vamos a poder hacer nada por nosotros mismos", aseguró en el diario gratuito AM New York una fumadora de El Bronx.

En esta ciudad ya está prohibido beber en espacios públicos y en las veladas veraniegas no es extraño, por ejemplo, ver a grupos de personas sentadas en el Central Park sobre sus mantas de cuadros y en torno a una bolsa de papel marrón en la que ocultan una botella de vino para acompañar el 'picnic'.

El propio Bloomberg reconoció recientemente que la prohibición del alcohol en los espacios abiertos no tenía demasiado sentido, aunque desde luego no se muestra tan flexible con el tabaco, cuyo combate ha convertido casi en una batalla personal.

La eliminación del tabaco en parques y playas forma parte de un programa más amplio que prevé también más impuestos sobre las cajetillas, que en Manhattan ya superan los diez dólares.

Además, se pedirá a las empresas que no patrocinen o acepten financiación de la industria, se impulsarán mensajes contrarios al tabaco en las tiendas donde se vende y se reducirán las posibilidades publicitarias.

Las críticas hacia la polémica propuesta se han multiplicado hasta el punto de que el propio Bloomberg, inmerso en una campaña electoral por la reelección, ha tenido que salir al paso con un comunicado en el que suavizó sus intenciones.

Así, dijo que previamente "habrá que estudiar si fumar en los parques es negativo para la salud de la gente" y reconoció que "logísticamente puede ser imposible" garantizar el cumplimiento de la prohibición en parques tan grandes como el Central Park.

"Sin embargo, hay ciertas áreas de los parques en que la restricción puede proteger la salud", añadió el alcalde, un ex fumador que ya se desató la ira de los dueños de restaurantes y bares en 2002 cuando, nada más llegar a la alcaldía, propuso acabar con el tabaco en prácticamente todos los espacios públicos cerrados.

En cualquier caso, sus esfuerzos parecen estar dando sus frutos, ya que en 2007 ya solo fumaba el 16,9% de los neoyorquinos (frente al 21,5% de 2002) y, en general, existe un amplio rechazo social al tabaco en la ciudad.

Como era de esperar entre los no fumadores la idea ha sido mucho mejor recibida, pues consideran más agradable "no tener que aguantar el humo de nadie", aseguró a Efe Barbara Nicos, una neoyorquina de 32 años, que añadió que "si se quieren matar ellos mismos, que lo hagan sin molestar a nadie más. Es de sentido común".

Cheryl Helton, responsable de la organización antitabaco American Legacy Foundation, recordó en una entrevista que el riesgo de los llamados "fumadores pasivos" es "real" y aseguró que "tener a alguien al lado fumando es una de las cosas más desagradables de los parques públicos".

El crítico portal Gawker respondió este martes que "los niños también son extremadamente molestos y nadie los prohíbe en los espacios públicos" y calificó la iniciativa de "insultante para los ideales estadounidenses".

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