sábado, 22 de agosto de 2009

Revelan 100 mil mujeres abortan cada año en RD


Escrito por: Rafael P. Rodríguez
En la ardua vorágine pro y antiabortista no se ha dado el lugar que corresponde a los abortos ocultos y que no sólo hacen mayoría, sino que parecen desconocerse como realidad creciente.
Ocurren a la luz de embarazos indeseados, en razones económicas, divorcios inesperados, violaciones y otras circunstancias que signan sus procedimientos.
Ocurren en el país diariamente y se calcula su número en una cifra de seis dígitos, lo cual tipifica el desastre social.
No hay estadísticas totalmente confiables, no hay la admisión de esa realidad, no hay discusiones serias y la pasión se traga el problema en sus dimensiones reales, libres del dogma, de la Constitución y la sinceridad.
Pero se sabe que su número es, efectivamente, bastante alto a la luz del desorden ético social que hay.
Sin embargo, Coordinadora Nacional de Resistencia al Retroceso Constitucional afirma que cien mil mujeres abortan cada año y muchas de ellas mueren por hacerlo clandestinamente.
En República Dominicana, las complicaciones por aborto como causa de muerte representaron el 13 por ciento de las mujeres fallecidas, según estudios realizados por la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO 2007).
He ahí expuestas ante el espejo, que tiene incluso una imagen ideológica de por medio, al no mencionarse en las reciente discusiones como un mal de la pobreza y la marginalidad, dos realidades contrastantes y específicas.
La Coordinadora, que presenta a la artista Sonia Silvestre al frente de la reciente campaña, llama al Estado a proteger a las mujeres que abortan en condiciones letales y de gran riesgo.
Asimismo, exige una Constitución que proteja la vida de las mujeres sometidas a este riesgo.
Aunque ha experimentado una variación soterrada, aunque la mayoría de países de América Latina ya lo aprobaron desde los años 50 del siglo pasado y aunque no se ha dicho la última palabra, el debate sobre el aborto mantiene un pulseo de poder que no se detiene en la influencia religiosa y conservadora, radicalizada al efecto.
El gobernante Partido de la Liberación Dominicana, que hasta alcanzar el poder mantuvo las posiciones que en ese momento, años noventa todavía, se consideraban progresistas y de avanzada, se ha ido alineando en torno e influenciado por la iglesia católica.
Algunos de sus líderes le prometen a ese sector tradicional, que el artículo 30 de la Constitución, que condena todo aborto, incluso si se realizara para salvar la vida de la madre, se quedará como fue aprobado por los legisladores que estuvieron bajo gran presión eclesiástica, cuya influencia es temida por algunos políticos, sobre todo desde 1963 cuando colaboró medularmente para deponer al gobierno de Juan Bosch, el primer intento democrático de pos dictadura, y ayudó a mantener en el poder a Rafael L. Trujillo por tres infinitas décadas abiertamente autoritarias.
Casi todo el mundo conoce la existencia de las clínicas abortivas, sin excluir a las muchachas desesperadas por “salir de la barriga”, empobrecidas, ignoradas, marginadas en algunos casos por la misma familia y “fracasadas” por “haber dado un mal paso” en una noche de diversión descontrolada o por la condición de hijas de madres a su vez solteras.
Un Apunte
Estadísticas del 2008
del departamento de Delitos Sexuales de la fiscalía del Distrito Nacional advierte que:
87 por ciento
de las violaciones sexuales se producen contra niñas y adolescentes.
10 por ciento
de las mujeres entre 15 y 49 años en el país han sido violadas.

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