miércoles, 19 de agosto de 2009

Piden ley contra uso de esposas en embarazadas..

Manhattan/Cándida Portugués/ELDP — Hazel Figueroa está finalizando sus estudios de Ciencias de Negocios en la Universidad de Phoenix, Nueva Jersey, y da gracias a Dios de que su hija —de 9 años— goza de buena salud, pero su vida no siempre fue tan prometedora. Hace 10 años Figueroa estaba presa y embarazada. Cuando llegó la hora de dar a luz fue esposada y trasladada en una ambulancia.
“Pienso que no debería ser de esa manera porque una mujer en esas condiciones lo único que pretende es llegar al hospital a tiempo para ver nacer a su hijo”, dijo Figueroa.
“Estar en una ambulancia o en un hospital, esposada, con una bolsa de suero, un guardián y con dolores de parto ¿qué mujer tiene en la mente escaparse?”, preguntó Figueroa.
El parto de Rwanda Wright fue una experiencia aún más terrible porque duró 36 horas, al cabo de las cuales le hicieron una cesárea. Según contó Wright a este rotativo: “La enfermera les pidió que me quitaran mis esposas porque me tenía que poner el suero. Finalmente, después de una batalla entre ellos, me desataron sólo una mano”.
Para ambas mujeres, como para las restantes que se manifestaron ayer frente a las oficinas del gobernador David Paterson es imprescindible que se firme la “Ley contra las esposas” y se prohíba atar a las presas en su traslado al hospital, en el parto y el posparto.
Aunque la propuesta de ley fue aprobada unánimemente por el Senado y mayoritariamente por la Asamblea, está aún en debate con el Departamento de Instituciones Penitenciarias sobre si se mantendrá una o dos manos esposadas mientras se las traslada al hospital.

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