martes, 11 de agosto de 2009

Muchedumbre lincha a otro supuesto ladrón en La Julia


Santo Domingo/Jhonatan Liriano / Ricardo Santana.- Una muchedumbre linchó ayer a un presunto delincuente que fue sorprendido robando en una casa de la avenida José Contreras, en el sector La Julia de la capital, el cuarto caso conocido en lo que va del año con consecuencias fatales para el sospechoso, y un fenómeno que según expertos se extiende debido a la sensación de inseguridad que vive la población por el incremento de la delincuencia y la debilidad de la justicia.

Ayer en Santiago, otro hombre resultó gravemente herido cuando una multitud intentó lincharlo al sospechar que se trataba de un ladrón cometiendo un robo en una residencia del sector Cienfuegos.

El más reciente linchamiento ocurrió en julio, en la avenida Charles de Gaulle, Santo Domingo Este, donde los vecinos se tomaron la justicia en sus manos y mataron a Frank Edwards Johns Oviedo, quien minutos antes intentó asaltar a los administradores del colmado Estrella, en el respaldo Villa Carmen.

En el caso de ayer, la Policía informó que la víctima, aún no identificada, era de unos 30 a 35 años y vestía pantalón azul, tenis negros y camiseta roja. Falleció mientras recibía atenciones de emergencia en el hospital Marcelino Vélez Santana.

“Los linchamientos están relacionados a la percepción de que las leyes no sirven para nada, que no se cumplen porque la impunidad campea por sus fueros”, dijo recientemente a LISTÍN DIARIO el sociólogo Ramón Tejada Holguín, para explicar un fenómeno que cada vez resulta más común. “La inseguridad motiva los mecanismos de autodefensa y la violencia”, agregó.

Golpes y heridas
Ayer mismo en Santiago, José Isaías Castillo, todavía con dificultad para hablar, dijo que tocó la puerta en una casa creyendo que había sido la dirección que le había ofrecido un amigo donde necesitan una persona para limpiar un solar, pero que el dueño lo sacó a la calle a empujones y junto a una multitud lo golpearon en la cabeza y otras partes de su cuerpo y después el hombre lo hirió en ambas piernas.

En junio pasado, el haitiano Carlos Neirilus fue decapitado en el sector de Herrera, en la capital, en un hecho que provocó incluso la protesta del gobierno haitiano. La víctima había asesinado a su vez a un dominicano en un hecho que nunca fue completamente aclarado.

Dos días después del linchamiento el gobierno dominicano condenó “enérgicamente” ambas muertes, pero el canciller haitiano Alrich Nicolas dijo que el crimen ocurrido en Herrera pone en entredicho los valores de la sociedad dominicana.

En esa oportunidad, el jefe de la Policía, mayor general Rafael Guzmán Fermín, dijo que nadie tiene el derecho de tomar la justicia en sus manos y que todas las personas que participen en linchamientos o “ajusticiamientos colectivos” deben seacción de la justicia.

Guzmán llamó también a la población a que no se deje llevar por las emociones momentáneas y ponga en manos de las autoridades la aplicación de la justicia.

Antes del linchamiento del ciudadano haitiano se produjeron otros linchamiento con resultados mortales para el sospechoso: ocurrió en enero, en San Cristóbal. Fue sorprendido robando en una casa del sector Canastica; le dispararon, lo golpearon y luego le prendieron fuego. El hombre murió horas más tarde en el hospital Juan Pablo Pina.

Gravedad del asunto
Tres meses después, en el sector de Villa Liberación, Santo Domingo Este, ocurrió un hecho que puso en evidencia la gravedad del asunto. Una multitud se instaló por ocho horas frente al destacamento policial para exigir a los agentes que le entregaran a tres delincuentes “que debían morir”. Estaban acusados de asaltar y asesinar a un militar que al mismo tiempo era un respetado dirigente del sector.

OTRAS MUERTES PRODUCTO DE VIOLENCIA
Un agricultor mató ayer de un cartuchazo a un sargento de la Policía Nacional, disgustado porque el suboficial le impidió entrar al interior del cuartel de la comunidad de Villa Tabacalera en Navarrete, Santiago, donde se encontraba detenido un hombre que supuestamente le había robado una motocicleta.

El vocero de la Dirección Cibao Central de la Policía Nacional con asiento en Santiago, coronel Jesús Cordero Paredes, dijo que Ceferino Antonio Mármol de 64 años de edad, mató al sargento Danilo Reyes Inoa, con una escopeta calibre 12 propiedad de un hombre sólo conocido como Obispo El Cojo, que se encuentra prófugo. Al ser detenido por la Policía, el victimario justificó el hecho, alegando que el sargento se lo buscó porque aparte de que le impidió entrar al destacamento donde se encontraba la persona que le había sustraído su motocicleta, trató de desarmarlo.

Según el homicida, en medio del forcejeo por no dejarse desarmar se escapó un disparo que le quitó la vida al suboficial y dijo que no se siente arrepentido, porque lo que pasó y con lamentos y arrepentimientos no va a lograr nada. En otra situación, la Policía reportó que dos hombres hirieron a tiros a otro en medio de una disputa surgida en medio de un juego de dominó.

Leudis Castillo Rodríguez, de 27 años, fue ingresado al hospital Plaza de la Salud con heridas de bala en el abdomen y en los dos brazos. Sus agresores fueron identificados como Deivi Swel y Johan (El hijo de la Bella).

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