miércoles, 15 de julio de 2009

Un mabí original y exquisito


EL SEIBO. Visitar esta ciudad y no ir a la planta de Mabí conlleva casi una multa. La bebida, a pesar de los años y sus ligeras variaciones, constituye un verdadero bálsamo, adornada con la agradable presencia de don Ovidio Otto, quien junto a su hermano Tomás Otto, constituyen dos pilares de esta comarca.
Ambos creativos, veteranos de la mecánica y la versatilidad que manejan admirablemente destreza y amabilidad, heredaron de sus ancestros la fórmula del mabí seibano, cuyo origen guarda relación con el nacimiento de la industria local en 1883, cuando se tenía como champagne y era servido en tazas.
Su sabor original, no ha podido ser equiparado, lo han puesto en labios de presidentes, mandatarios, jerarcas religiosos y personalidades de las que no han escapado los Papas, y ni hablar del pueblo común.
Y es que el "Prú Seibano", como se llamaba en principio, además de ser una exquisita bebida, tiene un sabor refrescante, es símbolo de trabajo de una familia que se ha convertido en un emblema de este pueblo de peculiar tradición.
Los efectos afrodisíacos y diuréticos que se les atribuyen han logrado que esta bebida se mantenga como un verdadero orgullo, convirtiendo la fábrica en una parada obligada para quienes visitan la ciudad y quieren sus cajitas para llevar, haciéndolo un souvenir obligado en su equipaje.
La bebida ha sido testigo de muchos acontecimientos por la simpatía que ha propiciado y ser motivo de agradables gestos y relaciones que ha sabido reafirmar.
u proceso de elaboración, si bien es común a bebidas de este tipo en el embotellamiento, difiere en la fermentación, con una magia que raya en el misterio, debido a que sólo los progenitores de su creador, Tomás Otto Duvergé, conocen la fórmula de su preparación, que nadie ha podido imitar.
Siendo propulsores de la fábrica de mabí seibano, la familia Otto ha sido muy colaboradora, entusiasta y discreta en sus iniciativas y aportes, que le han ganado reconocimientos locales, nacionales e internacionales.
Se vende en botellas y cajas de 12 y 24 unidades. Se mantienen a diario, aún con el deterioro de la planta de hielo, que también forma parte del proceso y que suministraba la energía eléctrica para la ciudad.
Su aceptación y sabor ha sido inspiración de artistas como; Freddy Beras Goico, Charityn, Salvador Goico, Marcos Antonio Muñiz, Napoleón Beras Prats y el afamado modisto Oscar de la Renta, quienes le han dedicado parodias y cantos a la peculiar bebida.
A presidentes como Antonio Guzmán, Joaquín Balaguer y el propio Rafael Leonidas Trujillo se les citan en anécdotas relacionadas con el mabí, cuyas ventas aumentan en épocas de calor.
Su origen
En la fabricación jugó un papel importante doña Dolores Duvergé, quien luego de contraer matrimonio con Don Tomás Otto, tuvo mucho que ver con el original sabor, al que luego su hija Dolores Onésima, corroboró en que les realizó algunos modificaciones a la fórmula original. Surge de la fermentación del bejuco indio, que se mezcla con azúcares y agua en condiciones de tiempo y temperatura apropiados, hasta lograr el resultado de su sabor.
El lugar donde se expende el mabí seibano, es tan original como folklórico, ambientado por las atenciones de los Otto y sus amigos comunes, que tertulian a diario entre labores cotidianas y anécdotas de épocas pasadas.
De FLORENTINO DURÁN

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