Nueva York/ Gloria Medina/edlp— Las autoridades están tras la pista de tres jóvenes hispanos que presuntamente apuñalaron con un destornillador a un adolescente en Brooklyn.
Según el informe de la Policía, el ataque ocurrió el miércoles alrededor de las 7:00 de la noche, en la esquina de la calle 15 Este y la avenida X, en el área de Sheepshead Bay, en Brooklyn. Al llegar a la escena del incidente, la Policía encontró a Miguel Saavedra con varias heridas en todo el cuerpo.
Saavedra, de 13 años, quien fue trasladado al hospital Lutheran donde murió poco después, cursaba el octavo grado en la escuela intermedia IS 14, Shellbank, cerca de donde ocurrió el crimen.
A pesar de que el incidente se comenzó a investigar como una posible pelea entre pandillas, los conocidos del joven negaron que perteneciera a alguna.
“No lo creo, no me parece como que perteneciera a alguna pandilla”, dijo Zafar Ali, un vecino de la víctima. “Era un buen chico, muy amable, le gustaba hablar con las personas y siempre anda- ba en familia con los hermanos”, agregó.
En el tercer piso del edificio donde vivía Saavedra, se encontraba ayer el padrastro del joven quien se limitó a decir “Es terrible lo que pasó”, antes de cerrar la puerta del inmueble.
Por otro lado, uno de los compañeros de escuela, quien pidió no ser identificado por temor a represalias de las pandillas, dijo que tal vez confundieron a Saavedra con un pandillero por los colores que vestía.
Según el informe de la Policía, el ataque ocurrió el miércoles alrededor de las 7:00 de la noche, en la esquina de la calle 15 Este y la avenida X, en el área de Sheepshead Bay, en Brooklyn. Al llegar a la escena del incidente, la Policía encontró a Miguel Saavedra con varias heridas en todo el cuerpo.
Saavedra, de 13 años, quien fue trasladado al hospital Lutheran donde murió poco después, cursaba el octavo grado en la escuela intermedia IS 14, Shellbank, cerca de donde ocurrió el crimen.
A pesar de que el incidente se comenzó a investigar como una posible pelea entre pandillas, los conocidos del joven negaron que perteneciera a alguna.
“No lo creo, no me parece como que perteneciera a alguna pandilla”, dijo Zafar Ali, un vecino de la víctima. “Era un buen chico, muy amable, le gustaba hablar con las personas y siempre anda- ba en familia con los hermanos”, agregó.
En el tercer piso del edificio donde vivía Saavedra, se encontraba ayer el padrastro del joven quien se limitó a decir “Es terrible lo que pasó”, antes de cerrar la puerta del inmueble.
Por otro lado, uno de los compañeros de escuela, quien pidió no ser identificado por temor a represalias de las pandillas, dijo que tal vez confundieron a Saavedra con un pandillero por los colores que vestía.
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