Quito. EFE.- El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, arremetió ayer contra su hermano mayor, Fabricio, inmerso en una polémica por la obtención de varios contratos públicos por varias de sus empresas y reiteró su petición para que éstos sean anulados.
Correa dijo en su habitual alocución pública sabatina que, mientras él se “jugaba la vida” en el proyecto de la “revolución ciudadana” en Ecuador, su hermano, de forma poco solidaria, hacía contratos públicos para estar “más próspero que nunca".
“Eso ha creado una desazón en el pueblo ecuatoriano y en mí también”, añadió el mandatario, tras insistir en que su Gobierno buscará terminar unilateralmente esos contratos para “recuperar la fe pública".
La polémica por los contratos de Fabricio Correa surgió a raíz de que el diario Expreso publicara la lista de convenios públicos con varias de sus empresas, pese a que la ley no permite hacerlos con familiares directos del Presidente de la República.
No obstante, el hermano del Presidente suscribió dichos contratos como “persona jurídica”, es decir, como representante o socio de sus firmas, lo que si permitía la ley de contratación pública.
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