jueves, 23 de julio de 2009

Cadáver descuartizado de un salvadoreño permaneció ocho horas en la calle

NUEVA YORK._ En macabro e inusual espectáculo para los neoyorquinos, una ciudad donde los cuerpos sin vida se cuidan con mucha privacidad y detalles, el cadáver de un inmigrante salvadoreño asesinado a puñaladas y descuartizado permaneció durante ocho horas en una calle del poblado de Brentwood en Long Island (condado Suffolk). La policía investiga el caso, mientras residentes y legisladores locales, han deplorado el descuido. El cuerpo desmembrado pertenecía a Edgar Villalobos de 28 años de edad y tenía puñaladas en todo su cuerpo. Pedazos de su cadáver fueron tirados en la calle y aunque vecinos del área reportaron el hecho a la policía, los oficiales del Médico Forense se retrasaron ocho horas en llegar a la escena para levantarlo y envolverlo, como es costumbre, en una bolsa plástica.
Hermanos del muerto lamentaron que fuera asesinado de manera tan violenta y criticaron a las autoridades, diciendo que el pariente asesinado, no era un perro, sino un ser humano.
La situación ha generado la ira de cientos de personas no acostumbradas a ese tipo de escenas en Nueva York y mucho menos en suburbios que como Brentwood, están fuera del área metropolitana. El cadáver de Villalobos apareció en la calle Patton a eso de las 12:45 de la tarde de ayer martes.
Un portavoz del sindicato de policías explicó que a un detective de homicidios le tomó ocho horas en llegar al sitio para tomar huellas digitales y otras posibles evidencias del crimen. Muchos creen que la reducción del presupuesto a la policía de Suffolk pudo haber contribuido a ello, pero el jefe de la uniformada en el condado Richard Dormer aclaró que eso, no es un factor a tomar en consideración para la tardanza.
El teniente Jack Fizpatrick jefe de homicidios en Suffolk arguye que el retraso se debió a la cantidad de evidencias que hubo que colectar en la escena y que si se hubieran cubierto los restos precipitadamente, la investigación hubiese tenido tropiezos al contaminar la escena del crimen. Dijo que un vecino alertó a las autoridades después de escuchar gritos y que cuando los agentes llegaron, ya Villalobos estaba muerto. Tenía estocadas en toda la cara y le habían desmembrado el torso, las extremidades y otras partes del cuerpo.
Los familiares de la víctima ni los vecinos se explican como un cadáver mutilado pudo permanecer por tantas horas tirado en la calle.
Autor: Miguel Cruz Tejada

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