Uno de los principales problemas es que el crecimiento de la reforestación, de un 12 a un 33 por ciento en casi tres décadas, no ha sido uniforme en todo el territorio, aumentando la desertificación en el Sur por la degradación del suelo.
Otro aspecto destacado por ecologistas y biólogos es la ausencia de una legislación que regule el uso del agua y la protección a las fuentes acuíferas. Explican que se hace un uso insostenido de este vital recurso, evidenciado en el consumo pércapita, que es de 450 a 500 litros por día.
La falta de mecanismos para tratar las aguas desechadas y los desechos sólidos es otra señal de alarma.
De Diario Libre
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