martes, 16 de junio de 2009

El faquir y la cama de clavos


¡Qué dolor! ¿verdad? Si un clavo duele… ¿qué no dolerá un cama llena de ellos?
La cama de clavos es uno de los típicos instrumentos de mortificación física de los faquires. Doler, algo dolerá, pero no lo que muchos imaginan.
La cuestión más importante es, a la vez, la más llamativa: el número de clavos. Parece que sea más difícil soportar las punzadas cuanto más clavos haya, pero es al contrario, más fácil resulta.
Y ¿cómo es eso? Física aplicada.
La presión es una magnitud física que expresa la fuerza ejercida por un cuerpo sobre una superficie, tal que P=F/S (siendo P la presión, F la fuerza y S la superficie). De la expresión se deduce que cuanto mayor sea la fuerza, mayor será la presión y cuanto mayor sea la superficie sobre la que se reparte la fuerza, menor será la presión.
Así resulta más doloroso un pisotón con un zapato de tacón de aguja, que un pisotón con el pie plano. Así se hunde uno más fácilmente en la nieve si calza botas que si calza esquíes. Y así es más fácil clavar un clavo de un martillazo que clavar un taco de madera. La fuerza que aplicamos puede ser la misma, pero si la superficie sobre la que se distribuye ésta es menor, la presión será mayor, y si la superficie es mayor, la presión será menor.
Si una persona de 60 kg, por poner un ejemplo, se tumba sobre un clavo en punta, se lo clavará hasta la cabeza (del clavo), pues la superficie de contacto es muy pequeña para ese peso y la presión es muy elevada. Pero si se tumba sobre 120 clavos, resulta que el peso se reparte entre todos ellos, por lo cada clavo debe sostener solamente medio kg. La presión ha dismimuido porque la superficie (suma de todas las puntas de clavos) es mayor.



Tantos clavos, y tan juntos, facilitan la tarea del faquir. Es prácticamente imposible que la punta de un clavo se introduzca en el cuerpo sin que lo hagan los clavos vecinos y… ¿seguro que el faquir pesa tanto como para ejercer la presión suficiente para que su cuerpo sea atravesado por todos los clavos?
La imagen del globo es una manera muy gráfica de ilustrar lo explicado. Si se tratase de un solo clavo el globo habría explotado a la mínima presión. Pero como son tantos y tan juntos, no lo hace. Ni aunque aumentemos la presión. Bueno, si la aumentamos lo suficiente acabará por explotar. Pero el faquir no aumenta la presión, no va a engordar de repente ¿cierto?
Eso sí, hay que reconocer que una adecuada técnica al momento de acostarse y de incorporarse, para repartir bien el peso del cuerpo, es algo necesario.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi cama es asi y duermo feliz.jejejejeje