viernes, 19 de junio de 2009

Durante 6 años se disfrazó de su madre muerta para cobrar cheques del gobierno


NUEVA YORK._ En este mundo hay mucha clase de estafadores, pero como este, ninguno. Tras la muerte de su anciana madre Thomas Prusik Parkin´s, decidió que el dinero que ella recibía de manos del gobierno por retiro y beneficios sociales, eran su mejor herencia. Y ni corto ni perezoso, comenzó a vestirse con las ropas de la fallecida, se maquillaba similar a ella y apoyándose en el mismo bastón, acompañado por un amigo cómplice, acudía a todas las citas de la oficina del Seguro Social y de beneficencia pública para crear la engañosa percepción de que su mamá seguía “viva”. Pero cada una de sus concurrencias fue grabada por las cámaras de seguridad, imágenes que ahora los fiscales esgrimen para acusarlo de 47 cargos por estafa, hurto mayor, conspiración y falsificación. Lo “mejor” de todo es que el estafador también fingía una voz parecida a la de su madre para recibir llamadas de trabajadores sociales y acordar citas a médicos.

Ni los vecinos pudieron reconocerlo, dijeron las autoridades tras el arresto del acusado. E incluso, se hizo pasar por víctima y se atrevió a acudir a la fiscalía con el mismo vestuario. También alteró el certificado de defunción de su madre para seguir beneficiándose del seguro social. Peluca, mucho maquillaje, gafas oscuras y el bastón, pudo engañar a todo el mundo hasta que le llegó el día de caer en manos de la policía. Su amigo, se hacía pasar por el “sobrino” de la anciana y era quien lo acompañaba a todas partes supuestamente para ayudarlo a “caminar” y “moverse”.

Pero su gran error fue el haber dejado de pagar la hipoteca de la casa heredada de su progenitora. Fue apresado cuando detectives fueron a su casa para conversar con él sobre una denuncia. Y ahí, fue mucho más lejos: se hizo pasar también como su propio padre. Al avanzar la investigación, se descubrió el engaño. El juez le fijó ayer miércoles una fianza de $1 millón de dólares y mientras tanto sigue tras las rejas. El impostor trabajaba como agente de bienes raíces, pero al parecer decidió que “cogerlo suave” era mucho más fácil que tener que ir todos los días a las oficinas donde laboraba.

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