María era una chica religiosa, muy devota. Se casó y tuvo 7 hijos. Su marido murió; ella se volvió a casar dos semanas después y tuvo 9 hijos más con su nuevo marido. Años después el segundo marido murió, y pocos días más tarde ella lo siguió. En el funeral de María, el cura miró al cielo y dijo:
-¡Al fin se juntaron!
Un familiar, que estaba sentado en las primeras filas, dijo:
-Disculpe, padre, ¿quiere usted decir que al fin se juntaron ella y su primer marido, o ella y su segundo marido?
A lo que el sacerdote respondió:
-Quiero decir sus piernas.Fuente:Elblogdelbuenhumor
jueves, 4 de junio de 2009
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