jueves, 15 de enero de 2009

18 bomberos de Nueva York donaron médulas óseas

NUEVA YORK.- Los bomberos de Nueva York son mundialmente famosos por ser conocidos como “los bravos”. Pero esa braveza no sólo se limita a salvar las vidas que están abatidas por las llamas, quedan atrapadas en elevadores, caen a las aguas de mares y ríos o intentan lanzarse al vacío desde espectaculares alturas. Y aunque el permanente ulular de sus sirenas en las calles, molesta a los que no están acostumbrados, toda la ciudad reconoce su valor.
Ellos, acostumbrados a luchas contra los más fieros y devoradores siniestros, arriesgándose día a día para rescatar a quienes en muchas ocasiones, están ya a punto de sucumbir, muestran que además, tienen un gran corazón y un alto grado de sensibilidad.
Concomitante con sus paramédicos que recorren día y noche las calles y los suburbios de la metrópolis atentos a al llamado de los necesitados, se convierten en parte de los importantes donantes de órganos vitales para desde otro ángulo, seguir salvando las vidas de muchos: los bomberos han donado sus médulas óseas, células madres y otros órganos para contribuir a que otros no mueran.
18 de los “bravos” fueron reconocidos ayer en un acto coordinado por el Centro de Donantes de Sangre y el Departamento de Bomberos para estimular el aporte de vida que hicieron a igual número de personas que hoy sobreviven o se salvaron de la muerte gracias a ese gesto.
“Rol de Honores de Vida” es el nombre de un programa que dentro del departamento recluta los bomberos que quieren ser donantes de órganos y desde hace cinco años ya 116 bomberos locales se han convertido en los buenos samaritanos.
Laura Poelstra de 13 años de edad y residente en Canadá cruzó la frontera para venir a agradecer al oficial de bomberos Mark Mianulli de 28 años de edad quien le donó su médula. La niña había sido diagnosticada con severos desórdenes sanguíneos que la mantenían al borde de la muerte.
La madre de la menor dijo que agradecía también la oportunidad de conocer personalmente al bombero que salvó la vida de su hija. “Estás viendo a alguien cuyo trabajo es poner su vida en riesgo, así que ya sabes de qué tipo de persona se trata”, respondió humildemente el oficial a la gratitud de madre e hija.Los nombres de los 18 oficiales fueron agregados a la llamada “Placa de Honor de Vida” del departamento durante la ceremonia de ayer. 130 pacientes en todo el mundo se han beneficiado de los donativos hechos por los bomberos de Nueva York.
De Miguel Cruz Tejada

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